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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Las familias de los muertos en el 'Yak-42'

Mi yerno, el comandante José A. Fernández Martínez, murió en el previsible y evitable accidente del 26 de mayo de 2003 en Turquía, cuando viajaba en ese maldito avión, el Yak-42. Ese mismo avión en el que nunca viajó ni viajará ningún miembro del ministerio, ni de la cúpula militar, ni en aviones de características similares; en el que, por supuesto, tampoco volarían sus hijos ni familiares. Pero, eso sí, nuestros militares, que son considerados ciudadanos de segunda, sí tenían el deber de hacerlo.

Es obligación del contratante de vuelos charter el comprobar la operatividad de los aviones y la garantía del personal de vuelo, y en este caso, mucho más, por tratarse del Ministerio de Defensa (no el de Agricultura o Educación u otro no técnico en estas contrataciones), ya que el Ministerio de Defensa cuenta con una plantilla de ingenieros técnicos aeronáuticos y pilotos de reconocida profesionalidad. Además, en el mundo de la aviación se sabe que esos aviones de la antigua URSS no cumplen, la mayoría, las mínimas normas de mantenimiento y que los pilotos no realizan controles con garantía suficiente como en Europa.

Por otro lado, es intolerable el trato que recibieron los militares en Turquía; sólo decir que en el trágico atentado del 11-M -que tanto nos ha conmocionado a todos los españoles- trabajaron 80 forenses, y han transcurrido varias semanas hasta la identificación correcta de los cadáveres. Sin embargo, a Turquía no se desplazó ningún forense, eso sí, el compañero militar que se desplazó allí identificó a todos, incluso a los 30 carbonizados, en un tiempo récord de 36 horas. Lógicamente, ante las dudas, muchos familiares solicitaron desplazarse a Turquía para realizar las pruebas de ADN, y el ministerio ha sido tan amable de poner a su disposición "un aviocar", un avión de carga o pasajeros, que es el más adecuado para transportar a dichos familiares... Sobre todo, porque a raíz del accidente, los militares viajan dignamente con Air Europa. También es vergonzoso que no se haya erigido un monumento en España, en su memoria, como se merecían después de su encomiable labor. Las familias tampoco han dispuesto de psicólogos especializados, ni tan siquiera se ha realizado un seguimiento de las 40 viudas y 59 huérfanos a los que han destrozado sus vidas, como se está haciendo en el 11-M, ni nada similar. Se les ha ignorado totalmente. Un comportamiento digno de un ministerio.

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Sólo quiero que, después de pasados 10 meses de ocultación y mentiras, quien venga ayude a las familias como se merecen y que se depuren las responsabilidades políticas o de otra índole que hagan falta, porque aquí ha habido 62 españoles fallecidos que, no olvidemos, representaban a España, y les han pagado con el mayor de los desprecios: la indiferencia.

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