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ELECCIONES 2004 | El análisis del voto

Andalucía y Cataluña protagonizan el mayor trasvase de diputados

El vuelco se produjo al ganar el PSOE tres millones de votos y al perder el PP 690.000

Andreu Missé

El gran vuelco electoral registrado en las elecciones generales del pasado 14 de marzo vino determinado por un fuerte ascenso del voto socialista. El PSOE ha ganado 2.990.935 sufragios, un 37,7% más de los obtenidos hace cuatro años. Los efectos de este espectacular tirón se amplificaron por la pérdida de 690.666 votos por parte de los conservadores. Andalucía y Cataluña, los graneros socialistas, anotaron los cambios más intensos de diputados.

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Los efectos del alza del voto socialista y baja del conservador se han traducido, sin embargo, de forma muy distinta en la composición del Congreso de los Diputados. La ganancia de casi 3 millones de votos, hasta alcanzar los 10.909.687, sólo le ha reportado un incremento de 39 diputados al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). En cambio, la pérdida de menos de 700.000 votos conservadores ha acarreado una sangría de 35 diputados al Partido Popular (PP).

El resultado ha sido un cambio radical del mapa electoral español. La ventaja de 3,7 millones de sufragios que obtuvo el PP en 2000, y que le proporcionó 183 diputados frente a 125 del PSOE, se ha tornado, en 2004, en una superioridad socialista de 1,3 millones de votos, con 164 diputados, frente a 148 de los populares.

- Los nuevos votantes. Aunque ahora la diferencia de votos a favor del vencedor es únicamente de una tercera parte respecto a la del año 2000, su representación en la composición del Congreso de los Diputados es mucho más visible. La suma de los cambios de diputados entre PSOE y PP suma 74 escaños. Los socialistas han ganado 39 puestos en el Congreso, mientras los populares han perdido 35.

Una primera lectura sugiere que los socialistas se han llevado una buena parte del incremento de papeletas depositadas. El número de votantes llegó a 25,8 millones, unos 2,5 millones más que en 2000. Este incremento procede tanto de los 1,9 millones de nuevos votantes jóvenes, que por primera vez participaron en unas elecciones, como del aumento de la participación, que pasó del 68,7% en el año 2000 al 77,2% del pasado domingo.

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Pero ni los nuevos votantes ni la mayor participación explican suficientemente las causas del aumento del voto socialista. Parece que sólo el cambio de votos de ciertas franjas de voto de la derecha hacia la izquierda explicaría la dimensión del giro electoral.

- Andalucía y Cataluña. Donde el vuelco electoral se ha traducido en cambios más significativos ha sido en Andalucía y Cataluña, comunidades gobernadas por la izquierda. En Andalucía, el saldo de pérdidas y ganancias se ha cifrado en un total de 13 diputados: los socialistas ganan ocho y los conservadores pierden tres. En Cataluña, el PSC gana cuatro escaños y el PP, registra un retroceso de seis en el Congreso, la pérdida más cuantiosa sufrida en todas las comunidades autónomas.

También es en Andalucía y en Cataluña donde la brecha de diputados que separa los obtenidos por el PSOE y por el PP es la más amplia: en ambas la diferencia es de 15. En Cataluña, la distancia entre socialistas y conservadores se ha ampliado hasta 956.982 votos. Y, en Andalucía, hasta 855.053. Ambas comunidades constituyen a la vez los dos grandes graneros socialistas. Primero, Andalucía, con 38 diputados, seguida de Cataluña, con 21.

La federación andaluza del PSOE y el PSC, que de esta manera confirman su peso específico dentro de la familia socialista, fueron también los colectivos decisivos para que José Luis Rodríguez Zapatero resultara elegido como secretario general del Partido Socialista en julio de 2000.

- Canarias y Galicia. Los aumentos más intensos del voto socialista respecto a los obtenidos en las elecciones del año 2000 se han registrado, sin embargo, en las comunidades de Canarias (76,3%), Galicia (67,5%) y Baleares (58,6%). En los dos primeros casos se trataba de territorios donde la presencia socialista era inferior al 25%. En Galicia, tradicional feudo del Partido Popular, las fuerzas se han equilibrado. El PP gana, con 12 diputados, tras haber perdido cuatro. Éstos los gana el PSOE, y se queda con 10.

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