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Reportaje:

Los atentados siembran el caos en Madrid

Trenes, vehículos, metro y comunicaciones se colapsan tras las explosiones en las estaciones de Cercanías

A las 7.35 la ciudad se despertó de golpe empapada en sangre y confusión. Las terribles explosiones que hicieron temblar Madrid sumieron a la capital en el más absoluto caos circulatorio y de comunicaciones. Ante la confusión de las primeras informaciones que difundían radios y televisiones, miles de personas intentaron ponerse en contacto con los amigos o familiares que utilizan habitualmente las líneas de Cercanías donde se produjeron las explosiones.

Los servicios de emergencia que acudieron a atender a los heridos pronto se quedaron sin comunicación con sus bases. Los repetidores de las zonas afectadas por las explosiones no eran capaces de absorber las miles de llamadas que se registraban. El tráfico telefónico se multiplicó por ocho (un 700% más) entre las 9.00 y las 10.00 en comparación con un día normal. Las autoridades tuvieron que reclamar una y otra vez a los ciudadanos que dejaran de utilizar los móviles y dejaran libres las líneas para los servicios de emergencia.

Las autoridades pidieron a los ciudadanos que dejaran de usar los móviles
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Crespones, gritos y sirenas

Todas las calles próximas a los lugares de los atentados fueron cortadas inmediatamente por la policía para permitir la evacuación de los heridos y muertos. El colapso en estas zonas fue entonces total.

Los agentes sólo abrían los cordones policiales para permitir el paso de las ambulancias.

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De hecho, el Ayuntamiento de Madrid recomendó no circular por la zona de la glorieta de Atocha y las vías aledañas, que estaban cerradas al tráfico, y por las que sólo se permitía circular a los vehículos de emergencia. El servicio de Metro de Madrid fue interrumpido en varias líneas.

Las falsas alarmas también desataron ayer el pánico. Una furgoneta "sospechosa" en el patio del colegio público Daoiz y Velarde de Alcalá de Henares, situado junto a la estación de tren, provocó el desconcierto en el centro escolar. A las once y cuarto de la mañana la policía se presentó en el colegio, que tiene 400 alumnos. Los agentes estaban acordonando los accesos al centro.

"Una profesora, acompañada de un policía, subió a mi clase", relata el director del centro, Florencio Besonía. "Con discreción, para no alarmar a los chicos, me dijo que la policía quería que los alumnos se tiraran al suelo y se alejaran de las ventanas y cristales. Ante la situación, y desobedeciendo a la policía, ordené la evacuación del centro, siguiendo las pautas de los simulacros de evacuación por incendio". "Tocamos tres veces la sirena, y los chicos salieron tranquilos al patio", recuerda el conserje del centro. "Fue entonces cuando empezó el desconcierto", añade el director. "Padres y abuelos, alarmados ante la noticia de una supuesta bomba en el colegio, llegaron a por sus hijos y nietos. La histeria empezó extenderse. Alguna madre tuvo que ser atendida y los chicos, que hasta entonces no sabían bien lo ocurrido en Madrid, rompieron a llorar. Fueron momentos de mucha confusión". Según la policía, la alarma se desató por una falsa llamada.

En cuanto a la circulación, la la Dirección General de Tráfico y del centro de pantallas del Ayuntamiento de Madrid señalaron que desde el momento de los atentados, se produjeron importantes retenciones de tráfico en todas las carreteras de acceso y salida de la capital. El trasiego de ambulancias, coches de policía y bomberos, así como las calles que se cortaron tras los atentados impidieron que el tráfico fuera fluido.

Tráfico recomendó a los madrileños que, en la medida de lo posible, evitasen el uso del vehículo privado para desplazarse por Madrid y por la periferia. Sólo en el caso de que se viesen obligados a utilizar el coche, que circulasen por la M-30, la única vía principal de la capital donde no produjeron desvíos ni cortes de tráfico.

Por ello, la intensidad del tráfico descendió, al mediodía, un 50% con respecto al jueves anterior. El bajón sucedió a la lógica congestión circulatoria en la zona de Atocha provocada por los atentados en plena hora punta, atascos que se disolvieron hacia las 9.30 en el centro, aunque continuaron en la M-30 hasta las 10.30, aproximadamente.

Aunque el servicio de Cercanías se mantuvo en algunas líneas tras el atentado, Renfe decidió, a las 10.50, suspender de forma cautelar la circulación de todos los trenes de Cercanías que recorren la Comunidad de Madrid, obligada por el caos generado por los atentados de Atocha.

Poco después, tomó la misma decisión con los trenes de largo recorrido que pasan por la ciudad. Hoy está previsto que todos los servicios sean restablecidos.

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