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Compay, con puro y a tamaño natural

Un centenar de personas -familiares, colegas, artistas, funcionarios y diplomáticas entre ellas- contemplaron al finalizar el año en La Habana cómo Compay Segundo (cuyo nombre real era Francisco Repilado) quedó inmortalizado. Con traje y sombrero, apoyado en el estuche de su guitarra y con un habano entre los dedos que le colocó su hijo Salvador, el músico cubano quedó inmortalizado en una estatua a tamaño natural de yeso patinado que fue descubierta el martes en el Hotel Nacional de la capital cubana. En el acto, el musicólogo Lino Betancourt recordó al legendario guitarrista, quien nonagenario -fallecido hace unos meses a los 95 años- saltó a la fama internacional al ganar un premio Grammy en el año 1997. Asistió al homenaje al veterano sonero la diva del Buena Vista Social Club, la cantante Omara Portuondo, amiga personal de Compay. Repilado se había retirado tras décadas de ejercicio artístico cuando fue redescubierto por el estadounidense Ry Cooder durante la grabación de la cinta Buena Vista Social Club.-

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