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Madrazo reitera que el Rey tenía que haberse implicado en contra de la guerra y que no tuvo intención de injuriarle

El consejero de Vivienda del Gobierno vasco y líder de IU en Euskadi, Javier Madrazo, ratificó ayer ante el juez del Tribunal Superior de Justicia vasco que instruye la querella por injurias contra el Rey, las declaraciones realizadas durante la conmemoración de la Segunda República en Eibar el 13 de abril de 2003, en las que pidió al monarca que se implicara en la guerra contra Irak y resaltó el carácter antidemocrático de la institución. Madrazo enmarcó ayer sus declaraciones en la crítica política y negó cualquier ánimo de injuriar al Jefe del Estado con su discurso, en plena intervención armada contra Sadam Hussein.

El magistrado instructor de la Sala Civil y Penal Roberto Sáiz, la representante de la Fiscalía y el letrado de la acusación particular en represantación del PP interrogaron a Madrazo, que declaró en calidad de imputado, durante tres horas. El letrado del consejero vasco, Txema Montero, indicó que las acusaciones escudriñaron con sus preguntas los "motivos íntimos" que llevaron a Madrazo a hacer sus declaraciones. Montero dijo además que "mezclaron" en sus preguntas la presente querella criminal con otra que ya fue archivada por el tribunal por injurias contra José María Aznar, al que Madrazo acusó de ser un "terrorista como los de ETA" por promover guerras en las que se "aniquila a una población civil inocente".

A la salida de su declaración, el consejero dijo que "entendí y sigo entendiendo que el Rey debía haberse pronunciado claramente contra esta guerra". Sobre la querella y su declaración apuntó que su llamamiento a declarar ante el alto tribunal vasco "no es más que el signo de que tenemos en nuestro país una poca calidad democrática, debido al ataque constante que el Partido Popular está realizando contra los derechos y libertades individuales".

En el discurso de Eibar, Madrazo dijo que esperaba que los Borbones se hubieran "sumado a la condena mayoritaria de la ciudadanía contra la guerra de Irak". "Ya que les pagamos palacios, yates, viajes a esquiar y montar a caballo, no habría estado de más que por una vez abandonasen sus ocupaciones y compartiesen con la sociedad su preocuación con la guerra".

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