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"Madrid 2012 es un proyecto compacto"

El presidente del COI, Jacques Rogge, elogia la candidatura española en su visita a la capital

"Es una candidatura muy bien preparada, un proyecto muy compacto". Jacques Rogge, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), belga, se llevó una magnífica impresión de su visita de ayer a Madrid para conocer personalmente el plan olímpico de una de las ciudades aspirantes a organizar los Juegos de verano de 2012.

Antes de comer con el rey Juan Carlos y de visitar al presidente del Gobierno, José María Aznar, Rogge habló poco, según su costumbre, pero de forma elocuente, tras serle explicado el proyecto por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y el responsable de la candidatura, Feliciano Mayoral. "Existen aspectos muy interesantes. Por ejemplo, el transporte sin vehículos privados; las infraestructuras, ya listas en un 70%, y la gran experiencia organizativa. Lo que he visto es muy positivo y creo que la opción Madrid será muy fuerte, aunque la lucha no será fácil. La elección, en Singapur en julio de 2005, será muy difícil porque tenemos una lista muy prestigiosa, con nueve ciudades de primera calidad. Pero creo que Madrid tiene una posición muy fuerte. Si gana, también podría dejar un legado muy importante a la ciudad y al deporte español, algo que nos interesa mucho, pues no queremos dejar instalaciones muy grandes que no se puedan usar en el futuro", resumió.

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Rogge no hizo más que resaltar los puntos de una candidata que está trabajando con astucia de la mano de Mayoral, experto impagable en el olimpismo y sus pasillos, algo clave en ese mundo. Ha acertado también, para eludir imcompatibilidades, en dejar la secretaría de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales, en la que ha practicado largos años.

Aunque la diplomacia le llevará siempre al presidente del COI a no descartar oficialmente a ninguna candidata, es seguro que Rogge no podrá elogiar igual a otras aspirantes, que incluso si pasan el corte de mayo de 2004 será por no herir susceptibilidades. Sobre el ya tan traído y llevado corte, apuntó: "La calidad es tan alta que es posible que no lo haya".

Pero el COI bebe de realidades muy particulares y muchas fuentes votantes ya han descartado posibilidades, haya corte o no. La Habana, por ejemplo, es una quimera sin medios; Río de Janeiro, todavía una incógnita económica; Estambul, siempre un polvorín, y Leipzig, un guirigay de dimisiones al resucitar fantasmas de la extinta República Democrática Alemana. Así, la batalla, que parecía de cuatro rivales, se reduce cada vez más a París y Madrid. Nueva York ofrece problemas de inseguridad, por encima de la valentía de los miembros del COI, y Londres ha dudado demasiado, sin que la ciudadanía parezca estar muy a favor.

Sólo París, aunque su proyecto sea en teoría también inferior al de Madrid, tiene fuerza. Entre otras razones, por la deuda de dos derrotas, la primera justamente ante Barcelona, para 1992, y la última frente a Pekín, para 2008. El COI suele pagar esos débitos y, además, se esgrime que para España serían dos sedes muy seguidas. Pero hay un dato que desmonta ese argumento. Hubo menos años entre Los Ángeles 84 y Atlanta 96 que entre los posibles 20 entre Barcelona y Madrid. Rogge, aunque piensa que ello es negativo, le dio la vuelta: "Barcelona organizó los mejores Juegos y fue un precedente muy positivo".

Ruiz-Gallardón fue rotundo: "Estamos preparados para afrontar el reto de ser olímpicos". Y enumeró a Rogge las bondades de Madrid como ciudad y como proyecto concentrado, incluso políticamente, algo que no sucede en otras candidatas, ni siquiera en la próxima sede de Atenas 2004, con la que no estará tranquilo el COI hasta el último momento. Por algo cuando escuchó de Trinidad Jiménez el apoyo de la oposición municipal hizo una broma: "Usted suena como la próxima alcaldesa". Antes había hecho otra sobre si no habría errores con los himnos, en referencia al fallo australiano en la Copa Davis. Rogge, al menos, confía en Madrid.

Alberto Ruiz-Gallardón y Jacques Rogge, ante una maqueta de Madrid 2012.
Alberto Ruiz-Gallardón y Jacques Rogge, ante una maqueta de Madrid 2012.EFE

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