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VISTO / OÍDO
Columna
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El 'Himno de Riego'

El Himno de Riego fue legal en España de 1931 a 1939. Su interpretación por un antípoda es el error de tomar el anterior por el vigente: furias, iras, exclamaciones de ofensa, histeria de un director de deportes, exigencias de que pida perdón un país entero, reflejan el odio permanente de la guerra civil. Lo raro es que el himno al que "murió en el cadalso defendiendo la Constitución" no se haya repuesto al terminar el fascismo con el que los países europeos de ese régimen nos asaltaron con sus traidores del interior y cuando el régimen terminó aquí por muerte natural en decúbito supino del Jefe Nacional del Movimiento. Volvió la Marcha de Granaderos, que tocaba ese cuerpo en el XVII cuando desfilaba ante los reyes al ir al combate; Carlos III la llamó Marcha de honor, para actos públicos, sobre todo cuando estaba él. De ahí, Marcha real, y luego Himno nacional.

El Himno de Riego fue el de las Milicias Nacionales, legalmente establecidas por la Constitución de Cádiz (1812): "Habrá en cada provincia cuerpos de milicias nacionales, compuestos de habitantes de cada una de ellas, con proporción a su población y circunstancias". La Constitución de 1931 lo restauró, y añadió a la bandera el color morado de los Comuneros y el escudo con una corona mural: el rey había huido ante el resultado adverso de las elecciones de 1931, y son de elogiar los gestos de los vencedores al no llegar a la sangre su cambio histórico (las Juventudes Socialistas Unificadas protegieron el palacio para evitar el asalto del "populacho", que no lo intentó) y el del rey al salir por una puerta prevista y atravesar España, en tren, hasta el puerto del exilio.

El dictador que implantó el fascismo destruyó los emblemas de la República -que antes juró y sirvió- y adoptó los reales: el escudo lo rehízo con maestros de armas que le quitaron lo borbónico, la bandera ondeó para él y el himno sonaba a su presencia. La Marcha de Granaderos fue el himno del franquismo, y la Constitución quedó abolida. Pero no fue ilegal: su golpe, su guerra, sus fusilamientos, la permitían hacer leyes a su gusto. Como ahora: la del derecho es de quien manda y se legaliza a sí mismo. Toma trazos anteriores: Franco cogió a los Católicos, Carlos V, Felipe II; la República, las Cortes de Cádiz; Aznar, las de Franco. Pero un mal trompetista se equivoca en los legajos y elige el himno anterior: Franco se estremece en su tumba y sus hijos braman editoriales. Son los guardianes de la guerra civil. El fascismo.

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