¿Antijudaísmo?
Quiero expresarle mi más profunda decepción e indignación con el editorial de este domingo titulado Odio antisemita. Siempre he considerado a EL PAÍS como el periódico más ecuánime, justo y afín a mis ideas, y, aunque esto es meramente una percepción personal, considero que con este editorial ustedes se han dejado llevar por las intoxicaciones del Estado terrorista de Israel. El mismo título es una tergiversación del significado de las palabras, porque semitas son los pueblos nómadas de Oriente Próximo, y tan semita es un palestino como un judío nativo israelí. Se insinúa en su artículo que hay un odio en Europa antijudío, tal como vocifera el asesino confeso de Sharon, y lo que sí hay es un odio a todo lo que representa el sionismo (antisionismo), que defiende la expoliación de todos los territorios bíblicos, con la única escritura de la leyenda bíblica. Por esa regla de tres habría que devolver el 90% de España a los musulmanes.
La gran mayoría de ciudadanos que nos movilizamos a favor del pueblo palestino y en contra de Israel no es porque tengamos la semilla antijudía, sino porque, al igual que nos ocurrió con los serbios, estamos más que hartos de los atropellos impunes que cometen los israelíes sobre los palestinos, y del doble rasero que hace que las pocas muertes de judíos sean mucho más importantes que las muchas muertes de palestinos. Aunque estoy en contra de todas las muertes e injusticias -quien siembra vientos recoge tempestades-, nadie se puede quejar de que le pique una avispa si previamente le has dado una patada al avispero.
