_
_
_
_
_
Crítica:CANCIÓN | Elvis Costello
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Majestuoso

Sólo desde la majestuosidad puede establecerse una reflexión escrita acerca del inconmensurable concierto que el veterano compositor y cantante Elvis Costello dio anteanoche en Madrid. Majestuosidad a la hora de calificar el repertorio interpretado y también para referirse a la interpretación de un Costello que, a sus casi cincuenta años, puede presumir de haber alcanzado un nivel de voz y capacidad expresiva extraordinarios. Frente al sentimiento generalizado de que dos horas de Costello a piano y voz exclusivamente podía ser una actuación ciertamente árida, Elvis sorprendió a todo el mundo con uno de los conciertos más cálidos y encantadores ofrecidos por el británico en nuestro país a lo largo de toda su carrera.

Elvis Costello

Elvis Costello (voz y guitarra) y Steve Nieve (piano y melódica). Palacio de Congresos. Madrid, 29 de octubre.

Comenzó la velada a los sones de un viejo éxito de su primera época, Accidents will happen, y lo hizo con la guitarra colgada. Seguidamente se lanzó por vericuetos apasionados y en los que quedan de fondo los más grandes compositores americanos de todos los tiempos: Gershwin, Cole Porter o Burt Bacharach. Con Long honeymoon, la melodramática Shot with his own gun y la romántica This house is empty now comenzó a erizar el vello de los asistentes, mientras a ratos abandonaba el micrófono y se iba a la boca del escenario a cantar ¡a pleno pulmón! Su voz sonaba inmensa, proyectando correctamente a todos rincones de la sala y haciendo viajar a su tesitura vocal desde los graves, amplios y adornados con su característico vibrato hasta unos agudos no forzados que causarían envidia a cualquier cantante más joven.

El siguiente tramo lo dedicó a presentar las canciones de su último y melancólico disco, North, llenas de páginas musicales teñidas de emoción y claroscuros sentimentales. You left me in the dark, Someone tooks the words Hawai o When dird I stop dreaming marcaron esa curva de melancolía que caló en un público que ya contenía la respiración para no perderse ni una nota. Pero Costello volvió de nuevo a la ironía con God's comic. Tras el soul contenido de Either side of the same town, la sofisticación plácida de Shipbuilding y uno de sus viejos himnos, Peace, love and understanding, el solista y su impecable socio pianista Steve Neive dijeron adiós. Pero el público les reclamó a conciencia con sus aplausos y Elvis reapareció para bordar el tramo final de la actuación. Sonaron Still, con la que el autor celebra vover a estar enamorado, Can you be true y la poderosa Inch by inch. Genial.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_