El capricho de un millonario

Un millonario saudí tuvo un capricho. Quiso comprar el hotel Alhambra Palace y convertirlo en un palacio. Un lujo de 126 habitaciones frente a la Alhambra. Hace año y medio, el multimillonario contactó a través de un intermediario con el director general del hotel, Fernando Maldonado. Éste afirma que el edificio granadino no está en venta, salvo que alguien le "entierre en dinero". Maldonado advirtió al misterioso millonario de que el edificio no puede cambiar de uso, pero el saudí insistió. Tanto, que Maldonado puso un precio: 120 millones de euros. Nunca más supo de él. Otros millonarios saudíes se compran equipos de fútbol. Éste tenía mejor gusto.

El hotel Alhambra Palace es el sueño de Julio Quesada Cañaveral y Piédrola, duque de San Pedro de Galatino y conde de Banalúa de las Villas. A principios de siglo, el noble comezó el proyecto del hotel. Para ello, compró 12 solares sobre los que levantó el edificio. El 1 de Enero de 1910, el rey Alfonso XIII inauguraba en Granada el lujoso hotel, según detalla la página web del establecimiento. El hotel tiene cuatro estrellas. La habitación doble cuesta 157 euros (sin IVA y sin desayuno).

Los propietarios afirman que el edificio granadino no está en venta

Actualmente, la gestión del edificio está en manos de Fernando Maldonado, descendiente del noble. El emblemático edificio está en una colina frente a la Alhambra y desde él se divisa la ciudad.

Debido entre otras cosas a los vínculos familiares, Maldonado puso un precio desorbitado: "Al intermediario que quiso comprarlo le pedí un precio imposible, porque el valor del hotel para mí es muy superior al precio de mercado". Maldonado duda de que alguien pueda pagar los 120 millones de euros.

El director general sostiene que por esa cantidad de dinero no sabe lo que haría: "Aunque no esté en venta, todo se puede vender. Por 120 millones de euros, me lo pensaría". Maldonado quiso tranquilizar a los trabajadores del establecimiento sobre la posible venta. un diario de Granada publicó el domingo que los propietarios quieren desprenderse del edificio.

La historia de amor entre los multimillonarios saudíes y la Alhambra no es nueva. En agosto de 1997, el príncipe Abdulaziz bin Fahd, hijo del rey Fahd, de Arabia Saudí, instaló unas jaimas lujosamente alfombradas, provistas de aire acondicionado y televisión en el Llano de la Perdiz. El lugar en el que puso el lujoso campamento está sobre la Alhambra, en pleno parque de la Dehesa del Generalife.

La primera intención del príncipe saudí era instalarse en el palacio la Alhambra, pero no obtuvo permiso y se tuvo que conformar con instalar su campamento en un paraje protegido. El PSOE denunció entonces el uso del espacio natural, en contra del popular alcalde de la época en Granada, Joaquín Díaz Berbel. Después de su estancia en Granada, el príncipe comenzó la construcción de una réplica del palacio de la Alhambra en la capital de Arabia Saudí, Riad.

Maldonado asegura que desconoce la identidad del multimillonario saudí. Afirma que éste "actuó en todo momento a través de un intermediario".

El director general insiste en que vender el hotel sería casi imposible. Entre otras cosas porque que la ley impide cambiar su uso. El edificio está catalogado como hotel y para darle una utilización distinta, debería pasar primero por el Patronato de la Alhambra y después por la comisión provincial de Patrimonio Histórico.