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Despedido por provocar a Beckham

El Aston Villa rescinde el contrato con Alpay, que deja Inglaterra debido a la presión sufrida

Alpay Ozalan no pudo vivir en Inglaterra desde que se cruzó en el camino de David Beckham. El defensa turco rescindió ayer su contrato con el Aston Villa después de dos semanas de agobios y ocho años con una propensión extraordinaria a meter la pata. Porque desde que insultó a Beckham el 11 de octubre pasado, durante el Turquía-Inglaterra de clasificación para la Eurocopa, los aficionados ingleses, la prensa, sus vecinos y los transeúntes -por no mencionar a instancias más elevadas- le cerraron el paso allá donde fue. El presidente del Villa, Doug Ellis, fue categórico para explicar su iniciativa: "La vida en Inglaterra se ha vuelto cada vez más difícil para Alpay".

Alpay hizo lo que es moneda corriente en cualquier campo de fútbol, de la escuela a los grandes equipos: intimidar al contrario. Metido en la brega de un partido en el que su país se jugaba la clasificación, en Estambul y ante 50.000 turcos con el sentimiento nacionalista muy subido, el defensa se dejó llevar por las emociones. Entró en marrullerías y amenazas. Provocó a Beckham chocando su cabeza contra la del inglés y así siguió hasta los vestuarios. No reparó en la sutileza de que aquél muchacho tan bien parecido era, además de un enemigo deportivo, el peor rival político que podía encontrarse. Cuando el duelo terminó el daño estaba hecho: Alpay había mordido la mano de algo así como el espolón de proa de la nación que le pagaba su contrato. Becks había sido humillado y el pueblo inglés pedía su cabeza. Como hurgando en la herida, Alpay dio su versión: "Fue Beckham quien antes insultó al escudo de mi país".

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La marcha de Alpay de Inglaterra es la culminación de una carrera desatinada. Un sinvivir que comenzó precisamente en Inglaterra, en la Eurocopa de 1996, cuando fue agasajado por la UEFA con el premio al juego limpio por permitir que Vlaovic, de Croacia, marcara un gol a Turquía sin hacerle penalti. Su técnico, Terim, lo crucificó públicamente. En la siguiente Eurocopa, en 2000, Alpay le dio un puñetazo a Couto para probar que era un tipo duro: se hizo expulsar y los hinchas lo culparon de la derrota (2-0) ante Portugal. En el Mundial de Corea y Japón fue expulsado de nuevo, esta vez por hacer un penalti -inexistente- a Luizao que permitió el pase de Brasil a la final. Entonces la hinchada turca le detestó tanto como ahora el pueblo inglés.

Tras su trifulca con Beckham el periódico más vendido de Turquía, el Hurr

iyet, lloró el empate ante Inglaterra y tituló: "Es culpa de Alpay".

Alpay se encara con Beckham durante el Turquía-Inglaterra.
Alpay se encara con Beckham durante el Turquía-Inglaterra.ASSOCIATED PRESS

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