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FÚTBOL | La jornada de Liga

"No triunfé por Benítez"

De los Santos se queda sin desquite ante su ex técnico porque el Atlético no pagará al Valencia, al que pertenece, lo estipulado para que pueda jugar

Gonzalo de los Santos lleva el pelo planchado, como Fernando Redondo, y sus ojos ocultos por unas gafas ovales anaranjadas. El esqueleto del medio uruguayo (Salto, 1976) dibuja un trapecio que limita al norte con los huesos de los hombros, larguísimos, y al sur con unas piernas finas e interminables. "Tengo que jugar, loco; tengo que jugar", canturrea con una sonrisa, aunque sabe que hoy no podrá estar en el césped del estadio Calderón para enfrentarse al Valencia. De los Santos está cedido por el club levantino. Para poder jugar, el Atlético tendría que pagarle una cifra que no ha trascendido. Y en el Atlético no hay ni dinero. "Es un problema", reconoce su técnico, Gregorio Manzano.

A De los Santos, un centrocampista que no tiene ningún problema en definirse como "defensivo", le fueron a buscar de Montevideo a su ciudad natal, a más de 500 kilómetros de la capital uruguaya, los técnicos del Peñarol. Tenía 15 años. Debutó en la Primera División a los 17 y con su selección nacional a los 18. "De medio y también de defensa", recuerda, y revela una de esas convicciones que definen a un futbolista: "Jugar en el medio o atrás es casi lo mismo". El jugador reconoce con sencillez sus limitaciones y su tarea: "No me molesta que digan que soy duro. Yo trato de ser fuerte, pero soy leal. Nunca entré deslealmente y nunca fui grosero con nadie. Trato de recuperar el balón y distribuirlo lo mejor posible".

Después fichó por el Málaga, hace ya siete temporadas, y por el Valencia. hace tres. Rafa Benítez, el técnico del equipo blanco, se empeñó en que le necesitaba y el club pagó 18 millones de euros por él. Pero las cosas no le marcharon bien en Mestalla. No jugaba. "Todavía me pregunto el porqué", dice ahora De los Santos entornando los ojos; "el curso que fuimos campeones de la Liga aporté bastante, pero el prefirió a otros. Al siguiente viajé con mi selección y dejé un poco de lado al equipo. Así te van comiendo el terreno. Los jugadores no somos máquinas. Benítez se decidió por otros y eso no me gustó". No le gustó hasta el punto de forzar su marcha del Valencia cuando las relaciones con el preparador ya estaban muy deterioradas. "No quiero la revancha. No soy rencoroso. Pero si no triunfé fue por la decisión de Benítez", resume.

De los Santos llegó al Atlético el pasado 30 de agosto, el último día antes de cerrarse el mercado veraniego para las contrataciones. Movilla se había negado a entrar en las negociaciones con el Mallorca por el fichaje de Ibagaza y algunos vieron en la venida del uruguayo y de Diego Rivas un castigo para el madrileño. "Eso no es cierto, porque lo mío venía de tiempo atrás", asegura el medio, que tampoco concede ninguna importancia al hecho de que Manuel García Quilón sea el represantante de su actual técnico, Manzano, y del anterior, Benítez: "Es una mera casualidad. Me acabo de enterar de ese detalle".

También De los Santos apunta, con timidez, su solución al debate sobre el centro del campo rojiblanco: Yo creo que el equipo podría estar más compensado con dos pivotes, pero es tarea del entrenador". Igualmente, define por encima a sus competidores por el puesto: "A Movi le conozco del Málaga y a Simeone sólo de jugar contra él. Y Rivas es un chaval muy centrado. Somos muy distintos". Con la misma receta describe la decisión de la caseta de retirar la capitanía a Simeone: "En todos los equipos hay cositas en el vestuario. El fútbol está lleno de sabores dulces y amargos".

De los Santos, en su presentación.
De los Santos, en su presentación.AS / A. APARICIO

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