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OPINIÓN DEL LECTOR

Una tumba para Federico

En los últimos años ha surgido en España un incipiente movimiento social que reivindica la recuperación de parte de nuestra memoria histórica más reciente y dolorosa mediante la excavación de las fosas comunes que nuestra sangrante contienda civil dejó sembrada a lo ancho toda nuestra geografía.

El acto de excavar estas fosas no es únicamente un gesto de dignidad hacía los cientos de miles de personas asesinadas, sino una manera de dar a conocer su drama y de que su recuerdo no se borre de nuestra memoria colectiva. Sin embargo, cuando el cuerpo a excavar es el de alguien cuyo recuerdo permanece vivo entre nosotros, las dudas sobre la conveniencia de hacerlo se hacen palpables.

El asesinato de Federico Garcia Lorca no sólo encierra el drama de una guerra, no es un crimen más entre tantos otros, la muerte de Federico es un símbolo universal, con todo el dramatismo, todo el romanticismo, toda la religiosidad y todos los componentes que los símbolos encierran.

Quizás a nuestro leído Ian Gibson no le resulte digno el lugar donde reposan los restos del poeta, pero, en mi opinión, ningún ser humano podrá dar a los restos de Federico una tumba más digna y grandiosa que la que le ha dado la historia; el Barranco de Víznar. Dejemos sus restos descansar en este lugar sagrado. Si alguien quiere homenajear su memoria que acuda a este lugar a recordarlo. Por favor, no matemos también al romanticismo.

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