Iggy Pop triunfa con The Stooges en el Azkena Rock de Vitoria
20.000 espectadores disfrutaron durante dos días de un variado programa con 20 bandas
Lo normal es imaginarse un festival veraniego con el público deambulando en manga corta, a lo sumo. Pero ese planteamiento no casa con los rigores climatológicos de Vitoria, así que los 20.000 espectadores que acudieron el viernes y el sábado al parque de Mendizabala tuvieron que abrigarse para aguantar hasta las 4.30 de la mañana. A esa hora concluyeron las actuaciones del II Azkena Rock Festival, que reunió a 20 bandas y tuvo como triunfadores a Iggy Pop & The Stooges.
Iggy Pop era el principal reclamo del Azkena Rock Festival, ya que únicamente ofrece otra actuación al frente de su banda clásica, The Stooges, en Europa. Este hecho ha animado la venta de entradas, como acredita la variada procedencia de las demandas realizadas a través de Internet, y ha contribuido definitivamente a que esos 20.000 aficionados al rock confirmen el éxito y el afianzamiento del Azkena entre los grandes festivales veraniegos. Un paso de gigante para una muestra que el pasado año celebró durante tres días su edición inaugural en una sala con capacidad para sólo 1.000 personas.
Sus paredes no hubieran podido albergar el pasado viernes a cuantos querían ver a Iggy Pop, quien repasó a pecho descubierto canciones que hace tres décadas ayudaron a cimentar la leyenda eléctrica de Detroit. Rock recio, raw punk y atisbos de high energy afloraron en una actuación que, a falta de Search &
destroy, tuvo su punto álgido en la doble interpretación, con y sin saxofón, de I wanna be your dog. No faltaron piezas como No fun y Funhouse, presentadas con gracia por un animoso cantante que chapurreó bastante castellano.
Pocos se quisieron perder también la puesta en escena de The Cramps, comandados nuevamente por la actitud punk, lasciva y exhibicionista de un Lux Interior que aullaba embutido en vinilo negro. Sin embargo, fueron más allá de la caricatura fantaterrorífica en un set protagonizado por el rock and roll monolítico y el rockabilly primitivo.
Jason Ringenberg & The Nashville Allstars tocaron raciones de cow punk y rock and roll de los Scorchers, la banda que hizo popular a Ringenberg. Y después los asistentes pudieron escoger entre hacer compras en el mercadillo, tomar un tentempié o seguir disfrutando con el rock and roll de Ben Vaughn, la vertiente vaquera plasmada en el último disco de Cracker o el aplomo de los también estadounidenses Jayhawks, estandartes del movimiento americano, que aglutina elementos del pop, el rock y la música country.
En la jornada de sábado destacó la actuación de Ray Davies, quien no congregó a tanto público pero aportó Lola como posible canción más coreada del festival. Su éxito de 1970 cerró un concierto trufado de pop de remembranzas sesenteras, ya que abundaron las canciones añejas popularizadas por The Kinks, como You really got me, Victoria y All day and all of the night. Aunque el británico no las abordó con un tratamiento abiertamente retro.
Algunos prefirieron la mezcla de sones sureños, ritmos funk y reminiscencias de MC5 que aglutinan The Cherry Valence, o la propuesta de los escoceses Teenage Fanclub, que volvieron a seducir con sus arrebatadoras melodías pop, apuntaladas por intensas guitarras y cuidadas voces. Steve Earle, encuadrado en el country rock, repasó con The Dukes un repertorio demasiado pausado para una noche de festival. Casi en la antítesis del amplio repertorio de posturitas rockeras de los Hellacopters, quienes cerraron una nueva exhibición de maneras hard
rock, espíritu punk y esencia rocanrolera con la descocada Texas Terri como invitada. El punk rock de los neoyorquinos The Dictators clausuró la muestra. Tras el éxito de la convocatoria, los organizadores ya piensan en la tercera edición del Azkena Rock Festival. La duda reside en si podrán reunir nuevamente a tantos nombres destacados de diferentes géneros.
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