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Crónica:FÚTBOL | La jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Real gana por casualidad

Un cabezazo de De Paula otorga la victoria al equipo de Denoueix ante un Racing espeso

De Raynald Denoueix se conocía sólo una versión: la de un tipo sensato que apuesta por una idea y la lleva hasta el final con todas sus consecuencias. Así logró el subcampeonato y el reconocimiento de la Liga española pasada temporada. Faltaba por conocer su aspecto revolucionario y El Sardinero fue el sitio elegido para cambiar de táctica, de futbolistas, incluso de estilo. El asunto cambió de la defensa hacia adelante. Las rotaciones afectaron a Xabi Alonso y De Pedro, dos jerarcas del equipo , pero castigados por partidos y lesiones, a los que desea en plenitud en la Liga de Campeones. No le tembló el pulso para dejarlos en San Sebastián. He ahí una nueva versión de Denoueix, desconocida hasta ahora: implacable, científico, más jefe que nunca. Incluso alteró sus coordenadas en la delantera: ante la baja de Nihat y los problemas físicos del surcoreano Lee Chung Soo, alineó un segundo delantero clásico, De Paula, en detrimento de un futbolista más habilidoso, como solía el año pasado.

RACING 0 - REAL SOCIEDAD 1

Racing: Ricardo; Coromina, Moratón, Juanma, Neru; Nafti, Matabuena (Diego Mateo, m. 69); Pablo Lago (Morán, m. 59), Benayoun, Regueiro (Bodipo, m. 52); y Javi Guerrero.

Real Sociedad: Westerveld; López Rekarte. Kvarme, Schürrer, Aranzabal; Karpin, Aranburu, Alkiza, Gabilondo; De Paula (Mikel Alonso, m. 72) y Kovacevic.

Goles: 0-1. M. 31. Centro de Kovacevic desde la derecha y cabezazo de De Paula, a placer.

Árbitro: Moreno Delgado. Amonestó a Alkiza, Juanma, López Rekarte, Schurrer

Unos 18.000 espectadores en El Sardinero

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Caballería blanca

La apuesta le funcionó. Perdía calidad en el centro del campo con jugadores más eléctricos (tipo Alkiza) que pausados (tipo Xabi Alonso), pero ganó en dinamismo. Incluso alteró el orden establecido en la delantera cuando Kovacevic centró desde el extremo derecho y De Paula cabeceó en el punto de penalti.

La Real perdía musculatura futbolística de medio campo hacia atrás. La apuesta flaqueó cuando el Racing apretó los dientes, tras recibir un inesperado gol a raíz de un saque de esquina mal ejecutado por el equipo cántabro. Regueiro casi todo lo iniciaba bien y casi todo lo acaba mal; Benayoun encontró el sitio exacto entre las líneas realistas. Sólo faltaba Javi Guerrero, una figura muy disminuída ayer respecto de sus teóricos méritos.

El partido estaba abocado a la espesura, al fútbol correoso, trabado, aunque ligeramente dominado por la ansiedad de la Real, en la primera parte, y por la necesidad del Racing en la segunda. Es decir, fútbol de urgencia, sin tacto, con el pulso acelerado, sin ocasiones (apenas un cabezazo de Schurrer y un remate de Guerrero que permitió a Westerveld justificar el sueldo poniendo el pecho).

Era fútbol plano, plagados de malos centros, de mala colocación, de mucho voluntarismo, de escasa inteligencia. Por eso valió el gol de De Paula. Porque valía un gol, el que fuera, para ganar el partido, y lo marcó la Real.

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