Falta de higiene en el Cerro del Fantasma
Deseo expresar mi preocupación por los problemas de higiene y sanitarios elementales de la cafetería El Cerro del Fantasma, sita en la autopista de peaje, sentido Jerez de la Frontera-Sevilla, en el término municipal de Las Cabezas (Sevilla).
El pasado día 8 de agosto, a las 10.30 de la mañana, tuve la desgracia de observar lo siguiente:
1. Al menos 30 moscas muertas en el mostrador refrigerado de alimentos, donde se guardaban abiertos botes de manteca colorada y quesos.
2. El suelo pegajoso, lleno de papeles, colillas, churretones de bebidas y moscas deleitándose con este panorama.
3. Todas las mesas libres, todas, sin recoger, con restos de comida de varios servicios anteriores amontonados de cualquier modo.
4. Churretones de grasa en las paredes cercanas a la cocina y en el interior de los mostradores de alimentos de la barra donde se sirven las bebidas.
Tras percatarme de que no estaba en un zoco rifeño de la carretera de Tánger a Larache en los años 50, e incapaz de dejar andar a mi hija de 15 meses en tales condiciones, cargando con ella todo el rato, exigí el libro de reclamaciones.
Tras rellenar el impreso oficial como estimé conveniente, el encargado se negó en redondo a completarlo con los datos de la empresa que lleva la contrata. Después de pedírselo varias veces, tuve que advertirle seriamente de que disponía de todo el tiempo para esperar la presencia de la Guardia Civil; acto seguido, con muy mala educación, cumplió este sujeto con su obligación.
Mientras tanto, el encargado peroraba sobre la falta de personal y sobre que todo se limpiaba cada día. Esto último es falso, ya que a las 10.30 de la mañana, aunque se limpie temprano, no da tiempo a que se acumule la grasa y las moscas, vivitas y bien muertas, como en el albañal que vi. Como es obvio, ni ganas tuve de visitar los retretes para cambiar el pañal a mi hija. Esta extraordinaria falta de diligencia es inexcusable e injustificable, teniendo en cuenta, además, que deberían reforzarse los servicios de limpieza en pleno verano.
La Ley del Consumidor tiene casi dos décadas de vigencia y va siendo hora de que conozcan cómo se cumplimenta una hoja de reclamaciones en las cafeterías de AUMAR, y si es con una sonrisa en la boca y dando las gracias, mucho mejor (esto no es ninguna obligación legal, pero sí una elemental muestra de modales). ¡Ah!, el nombre del establecimiento quizá esté muy bien pensado y le viene como anillo al dedo.
