Las funerarias siguen desbordadas
En 10 días han muerto en París 582 personas más que en igual periodo de 2002
Si en los hospitales los "enfermos ya no mueren en los pasillos", tal y como denunciara en un primer momento el doctor Patrick Pelloux, la mejoría del tiempo no ha resuelto aún la crisis de los servicios de pompas fúnebres.
Una portavoz de la sociedad que controla el 28% de los enterramientos en la capital francesas lo ha explicado así a este periódico: "Vamos a tardar varios días en reabsorber el número de enterramientos pendientes". La misma fuente ha expresado la inquietud del sector funerario "ante un fin de semana tradicionalmente mortífero como es el del primer gran retorno de las vacaciones de verano".
Si en los hospitales pueden recurrir a la ayuda de los voluntarios de Cruz Roja para recibir ayuda en ciertos servicios de atención al enfermo, los responsables de las empresas funerarias advierten de que no pueden contratar a trabajadores ocasionales. "Hay que haber recibido una formación precisa, haber sido vacunado y superado una serie de pruebas. Es imposible inventarse personal suplementario. En esta oportunidad hemos tenido que recurrir a trabajadores nuestros ya jubilados", asegura un portavoz. Otros problemas técnicos parecen también irresolubles. "Aunque funcionan los cuatro crematorios de París y los 40 que hay en toda Francia, a pesar de que hemos conseguido que las horas de servicio sean prolongadas, el tiempo de combustión es siempre el mismo y no puede reducirse".
Pero antes de que los cuerpos vayan al crematorio o al cementerio tienen que pasar por el tanatorio, donde continúa el colapso. "El Gobierno ha pensado en servirse de los almacenes frigoríficos de conservación de frutas y verduras del mercado central de Rungis, incluso ha pensado en adecuar una pista de hielo para poder conservar los cuerpos", agrega la misma fuente. "Tradicionalmente, entre el fallecimiento y el entierro pasan entre cinco y seis días, pero ahora el plazo es de nueve y más días. Un desastre".
El Ayuntamiento de París ha requisado varios camiones frigoríficos. "Eso aumenta en 150 el número de plazas, pero conviene no olvidar que, sólo en el centro de la capital, en el plazo de 10 días, han muerto 582 personas más que el año pasado".
Los grandes almacenes de distribución como Carrefour han puesto su capacidad de producción de cubitos de hielo al servicio de los hospitales y de los tanatorios en un país como Francia, muy preparado para el frío, pero que no ha sabido cómo enfrentarse al calor.
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