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Reportaje:

Chatarra bajo el fuego

El Ayuntamiento ordenó ayer, tras 4 años de protestas, que se vacíe el desguace siniestrado en Patraix por un incendio

El remedio era reclamado por los vecinos desde hace cuatro años. Pero sólo el incendio que arrasó más de 500 vehículos la noche del jueves en la nave que la contrata Servicleop tiene en el barrio de Patraix, en la calle de Campos Crespo, ha hecho reaccionar al Ayuntamiento de Valencia. Con gran diligencia, la alcaldesa, Rita Barberá, puso ayer su firma en una resolución -tras un pleno en el que se hicieron oír quienes llevan años conviviendo con la chatarra abandonada- que activó el operativo de retirada de los coches apilados a 300 metros de un núcleo de viviendas, en pleno casco urbano y sin más protección que una valla perfectamente salvable y dos vigilantes privados para 15.000 metros cuadrados.

A pesar de que a pie de incendio Miguel Domínguez, concejal de Seguridad Ciudadana, trasladó las apreciaciones de los vigilantes sobre el origen del siniestro -el fuego estuvo activo desde las 21.30 hasta pasadas las 03.00- que apuntan a cuatro o cinco adolescentes como autores del fuego, la policía no había logrado ayer identificar siquiera a alguno de ellos. Lo que sí estuvo claro desde el principio fue la vulnerabilidad de un espacio que almacenaba hasta ayer más de 3.000 vehículos, algunos abandonados desde hace doce años. Un ejército de grúas se encargó desde primera hora de la mañana de ayer de sacar de la nave siniestrada -más de 2.000 metros cuadrados de superficie afectados por el fuego- los restos del incendio primero y otros turismos de matrículas especialmente viejas después. El destino fue, en su mayoría, las nuevas instalaciones que Servicleop -también para el Ayuntamiento- tiene en la zona de Malilla: más de 40.000 metros cuadrados dispuestos para almacenar turismos abandonados o pendientes de actuación judicial que ya está al límite de capacidad. Esa limitación la expresó en la noche del incendio Carlos Turró, gerente de Servicleop, a la propia alcaldesa cuando ésta le instó a dar inmediatamente salida a la chatarra acumulada en Patraix.

Aunque la administración municipal se activó ayer teóricamente para vaciar de coches el desguace de Patraix, los vecinos no las tiene todas consigo. "Hace años que eso tenía que haber desaparecido de donde está. ¿Por qué no se ha hecho? No lo sabemos. El incendio, el cuarto en cuatro años, les ha hecho ver las orejas al lobo. Sólo el tamaño de la columna de humo negro y la altura de las llamas daba una idea de lo que podía llegar a pasar. Pero les ha costado", dijo una vecina que vive en uno de los bloques más próximos al depósito. Y agregó: "No sabemos si fue una gamberrada el origen del fuego, pero supongamos que sí. La falta de seguridad es tal que incluso quienes la provocaron podían no haber salido del horno en el que se convirtió la chatarra. Y se sabía, todos sabíamos que algo así, o peor, podía pasar".

Antonio Pla, portavoz de la Federación de Asociaciones de Vecinos, aseguró ayer que "se ha jugado con el elevado riesgo que supone una acumulación industrial de vehículos abandonados, cuando esa nave está en una zona en la que deben iniciarse las obras de construcción de viviendas y la empresa que la ocupa debía haber iniciado el vaciado hace ya meses". Los vecinos, que solicitaron precisamente al consistorio la aprobación de la resolución de urgencia, anunciaron que fiscalizarán "los movimientos en el desguace" a fin de comprobar si efectivamente "tiene o no los días contados".

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