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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

100 días presos

Acaban de cumplirse 100 días desde que el régimen totalitario de Fidel Castro encarceló al primero de 75 disidentes, por defender la libertad, la democracia y los derechos humanos en la isla de Cuba. Hoy, después de ser condenados en juicios sumarísimos a penas que alcanzan hasta 28 años de privación de libertad por delitos como conectarse a Internet, poseer un ordenador o cobrar por ejercer su trabajo como periodistas, todos ellos se pudren en las cárceles cubanas, en condiciones mínimas de salubridad, sometidos a tratos degradantes, como han denunciando en estos días numerosos organismos internacionales.

Pocas veces se ha producido una reacción tan unánime en la comunidad internacional, Naciones Unidas, la Unión Europea, la Santa Sede, y más de una treintena de gobiernos han condenado la represión exigiendo la inmediata liberación de los presos de conciencia. En nuestro país, ciudadanos de izquierdas o derechas, del PP, del PSOE, CiU, los Verdes, Izquierda Republicana, artistas, periodistas y movimientos sociales como UGT, Comisiones Obreras, el Movimiento contra la Intolerancia, la Plataforma contra la Cultura... gente a favor o en contra de la guerra, todos con la excepción de Izquierda Unida, se han unido a las fuerzas democráticas de oposición cubanas para decir al mundo en voz alta que toda dictadura es mala y que los cubanos tienen derecho a vivir en libertad y democracia. A pesar de esta unanimidad, el régimen castrista permanece sordo a las solicitudes de clemencia, de justicia, y continúa dirigiendo su máquina represiva contra el pueblo cubano, atento a eliminar por la fuerza todo intento de pensar por libre y expresarse con libertad.

Hoy ya no queda ninguna duda de que la cruel ola represiva desatada por Castro tenía como objetivo principal eliminar de raíz el creciente movimiento pacífico a favor de los derechos humanos y la democracia. Cien días después, las familias de los presos intentan sobrevivir sin poder ganar ni recibir dinero, el miedo se respira en las calles, los periodistas independientes no cuentan con máquinas de escribir ni aparatos de fax para enviar sus colaboraciones...

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Por este motivo, y fuera de las acusaciones de injerencia en los asuntos internos del Estado cubano en la Asociación Española Cuba en Transición, estamos convencidos de que el camino para la democracia en Cuba es labor de los cubanos, y miramos con ilusión iniciativas como el Proyecto Varela, que es hoy la mejor alternativa para lograr un cambio pacífico hacia la libertad en Cuba, a la vez que tratamos de ayudar a estos héroes de la democracia. Es gracias a ellos por lo que estamos convencidos de que ese cambio ya ha comenzado, los ciudadanos han tomado las riendas de su destino en sus manos y la sociedad internacional, y en particular España, unida a la Isla por estrechos vínculos, no pueden permitir que el Gobierno cubano trate de aplastarlos a través de la represión y la violación de los derechos fundamentales. Castro coincide en el análisis y él también percibe el Proyecto Varela y su efecto liberador como su principal enemigo. Ya organizó el año pasado, a través de una multitudinaria contrarrecogida de firmas, forzosas y teatrales manifestaciones de adhesión. Pero no era bastante. Por eso ha decidido descabezar el Proyecto Varela, no en vano más de la mitad de los casi ochenta opositores detenidos en las recientes semanas negras de marzo eran responsables o coordinadores de esta iniciativa. Pero a pesar de todo, Castro ya no puede marchitar la "primavera de Cuba", ya no puede detener a esos miles de ciudadanos que expresan pacífica, pero firmemente, sus deseos de cambio a través del Proyecto Varela.

Hoy, 100 días después, fresca aún la sangre de tres infelices fusilados, y mientras varios cientos de cubanos pacíficos siguen en la cárcel por pensar y escribir por su cuenta, Cuba y España siguen gritando libertad.

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