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La bandera de Ávila, en la catedral

La bandera municipal de Ávila entró ayer en la catedral de la ciudad para presidir la celebración religiosa del patrón de la ciudad, San Segundo, tras cuatro años en que las discrepancias entre el obispado y Ayuntamiento mantuvieron la enseña a las puertas del templo. En el transcurso de la misa con motivo del patrón, la bandera permaneció en una tarima situada delante del presbiterio a modo de prolongación, en el lado derecho del crucero. Las conversaciones mantenidas hace unas semanas entre representantes municipales y del obispado fructificaron. Así ha pasado a la historia la polémica surgida cuando el anterior obispo y ahora prelado de Almería, Adolfo González Montes, dejó claro que la bandera municipal no podía estar -como era tradición- en el presbiterio, a la misma altura que los símbolos religiosos, para lo que adujo las normas del Concilio Vaticano. Del mismo modo, el que fuera alcalde y ahora director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, aseguró que la enseña no volvería hasta no ver restituido el honor de la bandera. Ahora, el nuevo obispo, Jesús García Burillo, ha dejado claro que una bandera "no podía ser motivo de enfrentamiento", mientras que el regidor actual, Miguel Ángel García Nieto, afirma que "hablando se entiende la gente" y que con el anterior prelado "era difícil hablar". Ayer ya no hubo turistas que se hicieran fotografías, a las puertas de la catedral, ante la concejal Teresa García Avilés -la más joven de la corporación municipal- con la bandera y rodeada de maceros y agentes locales vestidos de gala.-

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