Francisco Perelló, presidente clave del Espanyol
Francisco Perelló Picci, uno de los presidentes más carismáticos y decisivos en la trayectoria de un club histórico de fútbol como es el Espanyol, falleció ayer a los 85 años.
Su labor como directivo deja una huella imborrable. Él fue quien compró en los años cincuenta los terrenos que sirvieron para que el club perico construyera su estadio de Sarrià, en una de las zonas más cotizadas de Barcelona. Y él fue quien, con hondo pesar pero atendiendo a la única solución de continuidad de un club que acumulaba una deuda insostenible, se vio forzado a vender, por unos 9.000 millones de pesetas, ese mismo estadio. La que fuera casa y patrimonio más preciado del españolismo fue dinamitada en septiembre de 1997 para dejar paso a la expansión inmobiliaria en los barrios altos de la capital catalana.
Vicepresidente y presidente accidental desde 1950 hasta 1956, Francisco Perelló llegó a la presidencia del club en enero de 1993, después de una turbulenta etapa bajo el mandato de Julio Pardo. Gracias a Perelló se produjo el consenso en un club entonces muy escindido por las diferencias entre su adinerada e influyente clase dirigente, cuyo primer accionista es la familia Lara, propietaria de la editorial Planeta. Perelló, un hombre afable pero con mucho carácter, tenía a bien recordar que una de las gestiones de las que se sentía más orgulloso se produjo en julio de 1993. Acosado por las deudas, presionado por Hacienda y la Liga de Fútbol Profesional, Perelló viajó a Madrid cuando se cumplía el plazo límite. "Cinco minutos antes de cerrar las actas, logramos el crédito y la emisión de un talón, y así evitamos que el club descendiera a Segunda B". Era la época en que la mayoría de los clubes de fútbol fueron obligados a convertirse en sociedades anónimas deportivas.
Una característica de la etapa presidencial de Perelló fue la crisis que vivió tanto el fútbol en general como el Espanyol en particular. El equipo blanquiazul, tras perder en la promoción con el Racing, bajó a Segunda División en la temporada 1992-1993, sólo unos meses después de que Perelló accediera a la presidencia del club. Pero el presidente fichó a José Antonio Camacho y el Espanyol regresó a Primera tras ganar la Liga de Segunda en la temporada 1993-1994. Perelló también tenía a gala haber adquirido los terrenos en los que en 1999 se empezó a construir la ciudad deportiva que el club blanquiazul posee en Sant Adrià del Besós.
Precisamente la pasada semana, el Espanyol, que actúa en calidad de realquilado en el estadio Olímpico de Montjuïc, ha completado los últimos detalles para la construcción de su nuevo estadio en Cornellá, muy cerca de Barcelona. Quien ha llevado el peso de las gestiones para hacer viable la adquisición del nuevo campo ha sido precisamente el hijo de Francisco Perelló, José Luis, vicepresidente del club blanquiazul. Su ilusión hubiera sido que su padre hubiera llegado a ver el nuevo estadio, con capacidad para 35.000 espectadores y un coste de 36 millones de euros, cuya construcción concluirá, según las previsiones, en 2005.
Hijo de un empresario textil y con raíces italianas por parte de su madre, la pasión por el fútbol de Francisco Perelló empezó muy pronto. Su padre fue vicepresidente del club durante 14 años, y él, cuando estudiaba en el colegio La Salle, empezó a jugar en la posición de defensa central. De allí pasó a los infantiles del Espanyol. En 1956, después de su primera etapa como directivo en el club, se volcó en su trabajo como directivo de la empresa familiar, que por entonces daba trabajo a más de 500 personas. Se trataba de una empresa textil que hasta no hace mucho continuaba dirigiendo con la ayuda de sus dos hijos Francisco y José Luis. Hoy, a partir de las 14.00 horas, quedará instalada la capilla ardiente en el tanatorio de Les Corts.-
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