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Crítica:CLÁSICA | HOMENAJE A CARMELO BERNAOLA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Potente personalidad musical

Dentro del ciclo Música de hoy, hemos podido asistir a un nuevo homenaje a Carmelo Bernaola, figura visible de su generación, muy rica en nombres y hechos.

En la primera parte, la serie de Superficies escritas entre 1961 y 1979 para diversas combinaciones instrumentales y, en algún caso, para solo. El concepto de Superficie aplicado al suceder musical lo asimiló Bernaola del músico rumano Sergiu Celibidache, aunque no será preciso aclarar que hizo del término un uso bien distinto al de su maestro. Lo principal del ciclo es, como apunta Tomás Marco, en 1982, la liberación del serialismo por vías de una flexibilidad expresiva. Y en este aspecto, las Superficies pueden valer como una primera síntesis de la invención bernaolina, se trate de un cuarteto como la Superficie nº 4 (1968), de solistas o grupos mixtos.

Música de hoy

Proyecto Guerrero y Orquesta de la Comunidad. Director: J. R. Encinar (Ciclo Inaem, Cajamadrid, EL PAÍS). Obras de Bernaola. Filarmónica de Londres (Ibermúsica). Director: I. Metzmacher. Obras de Wagner y Shostakóvich. Auditorio Nacional. Madrid, 27 de febrero.

La Sinfonía nº 3 llenaba la segunda parte. Data de 1990 y se estrenó en el maravilloso teatro Farnese de Parma al año siguiente. Otra vez se trata de música objetiva movida por un expresivismo rico en el que la variabilidad y la persistencia acotan con generosidad la continuidad del discurso. Admiramos en Bernaola un hecho innegable: su potente personalidad se manifestó con precisión a través de soluciones sonoras concretas. Todas poseen señas de identidad, pero respetan los límites impuestos por las ideas. Tanto el grupo Proyecto Guerrero como la formación comunitaria encontraron en Encinar más que la batuta, la orientación fiel por lo que la audiencia sumó a sus homenajes al compositor el debido a sus comunicadores.

Esto sucedió igualmente en otro concierto dado por la tarde en la misma sala: el de la Filarmónica de Londres, dirigida por el alemán Ingo Metzmacher, nacido en Hannover, para el ciclo de Ibermúsica. Formidable formación sinfónica, de sonido denso, gran afinación, alto virtuosismo y cantabilidad adecuada y hasta idóneos tanto para Wagner, cuanto para Shostakóvich en su Sinfonía en Do menor, de 1936. Es partitura interestilística que, a veces, parece próxima a Prokófiev y en ocasiones al Mahler más narrativo y expansivo. La versión fue esplendorosa y quizá superior a la de los fragmentos de Wagner aleteados por cierta superficialidad.

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