Karen Matheson, voz de Capercaillie, actúa como solista en cinco ciudades españolas
"Llevo 20 años escuchándola cantar a diario y todavía no me he cansado de su voz". Así se expresa el acordeonista Donald Shaw, fundador de Capercaillie y marido de Karen Matheson, y la frase define bien el hechizo de una de las voces más codiciadas de Escocia. Matheson acaba de entregar su segundo disco en solitario, Time to fall, y por primera vez asume el papel de solista en una gira española. Valladolid fue el viernes escenario de un debú que ha seguido en Burgos (el sábado) y continuará en Santiago de Compostela (miércoles 19), Madrid (jueves 20) y Cartagena (viernes 21).
Matheson invirtió cinco años en la preparación de Time to fall, un álbum que incluye algunas baladas muy afortunadas (Morning, Goodbye Phoebe) y que en buena medida ha escrito el también escocés James Grant, eterno maldito que lideró los grupos Friends Again y Love & Money. La cantante de mirada azul, natural de las islas Hébridas, es consciente de que las comparaciones con su labor en Capercaillie surgirán allá por donde vaya. "Me he sentido algo angustiada. La gente te identifica con el grupo, la presión es considerable y luchas contra los elementos", reconoce.
En realidad, Time to fall es más una prolongación del primer álbum solista de Matheson, The dreaming sea (1996), que del arrollador sonido de Capercaillie, una de las formaciones celtas más veteranas y carismáticas del planeta. "Probablemente, ninguna de estas composiciones podría haber entrado en un disco de nuestro grupo", reflexiona Karen. "Tanto el concepto como el tratamiento varían sustancialmente. Las trompetas, por ejemplo, no aparecen nunca en Capercaillie, pero aquí hemos querido aprovechar al máximo su textura".
Con todo, Matheson se ha querido escoltar por buena parte de su banda habitual en este estreno como solista, con el propio Donald Shaw, las flautas de Michael McGoldrick, el bajista Ewen Vernal y el batería de James MacIntosh. "Me siento aún en pleno proceso de aprendizaje", confiesa .
