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Columna
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Los humanistas pueden ser contradictorios desde pedestales insuficientes para poder ver más allá de las tapias de su horizonte moral. Si Havel hubiera sido presidente de Francia o Alemania, no, nunca habría expresado su admiración por Pinochet, ni ahora respaldado la agresión globalizadora contra Irak. Desde su perspectiva de víctima del comunismo, vio a Pinochet como un caudillo volatilizador de rojos y protector policiaco-militar del liberalismo económico del Opus Dei, urdidor de un crecimiento económico chileno basado en la miserabilización de las capas más populares. La alianza del humanismo de Havel con el belicismo de Bush, o bien procede de vínculos del pasado o bien a que la sensibilidad de un humanista no pueda tolerar el sistema de señales de Sadam Husein, su cierto parecido con Stalin, y Havel escoge el picadillo de miles y miles de iraquíes machacados por misiles inteligentes, a la pervivencia de un disturbio estético y moral como el dictador.

Durante la larga dictadura de Franco no hubo intervenciones militares extranjeras para reinstaurar la democracia en España, porque el Generalísimo tuvo la prudencia de no creer en la bomba atómica, ni buscar otras armas bioquímicas que la ampliación de la bomba fétida o el peligroso hongo teomicina, que penetró en los hogares como un ángel de la guarda político sanitario. Otra causa del no bombardeo era lo insólito de que los mismos protectores de la dictadura, los Estados Unidos de América o la Pérfida Albión, la bombardearan.

Hay pueblos, como Irak, que nacen con suerte, y pronto sobre las fosas comunes para los montones de cadáveres de cualquier sexo o edad brotarán las reconstrucciones, y solventes multinacionales ya calculan los beneficios que van a obtener del conflicto. Ignoro cómo se calculará el reparto del botín. ¿Por muertos y mutilados a escote? Difícil valorar tu prestación si ha sido logística y no enseñas orejas de cadáveres. ¿Como van a peritar la aportación aznariana si no mata, es decir, si no matamos, tanto como Berlusconi? No se deje engañar, presidente, porque usted se libró de la mili, no sabe cómo las gasta esta gentuza y puede ocurrir que Berlusconi saque un pastón y Bush se limite a enviarle a usted algunos de sus trajes usados.

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