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Trinidad Jiménez promete más actuaciones para erradicar el chabolismo en Lavapiés

La candidata visita el obsoleto centro de salud y un colegio con un 90% de inmigrantes

Trinidad Jiménez, candidata a alcaldesa por el PSOE, inició ayer su visita al barrio de Lavapiés (Centro) comprando un cupón, el 14772, a un ciego de Mesón de Paredes. "Si me toca, vendré a repartirlo contigo", aseguró al vendedor. Fue su primera promesa. Pero no la única tras conocer el viejo centro de salud, un colegio con un 90% de alumnos inmigrantes, una casucha... Prometió, por ejemplo, impulsar la erradicación del chabolismo del vecindario: "Si los dueños de las infraviviendas no las rehabilitan, debe hacerlo el Ayuntamiento, si es necesario, expropiándolas".

"Jefa, Lavapiés está muerto, no nos hacen caso y tenemos mucha inseguridad", se quejaba a la candidata Charly, un senegalés dueño de un comercio de ropa en la calle de Mesón de Paredes. Unos metros más allá, en la travesía de Cabestreros, Manolo Martín abundaba en el mismo argumento desde su pequeña tienda de ultramarinos. "Aquí se han cerrado muchos comercios porque las grandes superficies se cargan a los pequeños; yo soy de los últimos de Filipinas", explica este hombre con casi cuatro décadas a pie de mostrador. "Ahora los ultramarinos los abren los chinos, pero es que ellos viven para trabajar", asegura, y añade que algunos locales se traspasan a ciudadanos asiáticos por cifras millonarias.

Las viejas panaderías, tabernas y fruterías se han convertido en tiendas de venta de ropa y bisutería al por mayor. "Lavapiés se ha vuelto un polígono industrial y eso provoca acumulación de cajas en las aceras y crea problemas de tráfico por la carga y descarga", opina Trinidad Jiménez. "Se han dado demasiadas licencias de este tipo", denunció. Aseguró que, si ella gana, no concederá ni una más.

La lentitud en la rehabilitación del barrio, iniciada en 1997, y sobre todo en la erradicación del chabolismo vertical, también dio motivos a la alcaldable para criticar a la actual corporación, del PP. "La rehabilitación se ha quedado en la mejora de fachadas, pero queda mucha infravivienda", manifestó refiriéndose a que en cinco años sólo ha sido realojado un 10% de los habitantes de 2.000 casas diminutas, mal ventiladas e incluso sin baño.

"Si los propietarios de los edificios con infravivienda no los rehabilitan, el Ayuntamiento debe intervenir más que ahora, ejecutando los arreglos o recurriendo a la expropiación forzosa", añadió. El Consistorio sí emprende a veces las reformas cargándole después el coste a los dueños, pero aún no ha ejecutado ninguna expropiación.

Un edificio apuntalado

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A Manuel Morales, de 76 años, el discurso de la candidata le sonó a gloria. Nada más escucharlo tuvo que volver al cuchitril de 12 metros donde vive, en un edificio apuntalado de Sombrerete, 3. "El dueño no lo arregla, el bloque está declarado en ruina y nadie ofrece alternativas", explica este jubilado, que paga 60 euros de alquiler y que él mismo tuvo que instalar el retrete, el fregadero y las ventanas de su hogar cuando llegó hace 15 años.

El centro de salud de la calle de Tribulete fue otra de las paradas tercermundistas. Allí, la candidata comprobó que para acceder a este saturado recinto que da servicio a 35.000 personas hay que salvar dos tramos de empinadas escaleras. Una vecina lo definió como una "cochambrería" y nadie le replicó. Jiménez escuchó numerosas quejas y peticiones, algunas voces de apoyo y ningún abucheo. Pero sólo en el colegio público Emilia Pardo Bazán le llamaron "alcaldesa". Fue una niña marroquí de quinto de primaria. "Por ahora sólo soy candidata", le corrigió. Los problemas de este centro, donde el 90% de los 225 alumnos es inmigrante simbolizaron uno de los retos de Lavapiés: lograr una convivencia armónica entre los vecinos de siempre y ese 25% venido de otros países.

"Yo no soy racista, pero en mi bloque hay unos extranjeros que acumulan bombonas de butano y un día volaremos por los aires", expuso una vecina. "Yo tampoco, pero ya no puedes ir con el bolso en la mano", apostilló otra. Jiménez acusa al Gobierno de no apostar por la integración. "Hay que distribuir mejor al alumnado inmigrante entre los colegios públicos y los concertados para evitar los guetos y dotar de más profesorado de apoyo a los colegios con niños extranjeros", aseguró.

Otras paradas del recorrido fueron el mercado de San Fernando, con 70 puestos cerrados; el centro comunitario del Casino de la Reina, algo infrautilizado; el centro de apoyo a menores de bajos recursos de la ONG Paideia, con 60 niños en lista de espera. En tres horas. Todo muy rápido. Jiménez prometió volver antes de que los electores decidan el próximo 25 de mayo.

Por cierto, horas después se supo que al cupón de la ONCE comprado por la candidata le tocó el reintegro: cinco euros. Aún no se sabe si Jiménez lo compartirá con el vendedor.

RICARDO GUTIÉRREZ

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