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Reportaje:

Los clásicos van a la guardería

Una muestra presenta a niños de 6 a 12 años obras El Greco, Murillo y Zurbarán

Margot Molina

Trinidad Botello, sevillana de nueve años, estaba ayer tan excitada como el resto de sus compañeros de cuarto de primaria del colegio Nuestra Señora del Rosario. Salir del aula por un día, museo, cuadros, políticos y, sobre todo, las cámaras de televisión formaban parte del lote de emociones que les esperaba para el día. Los pequeños visitantes,

todos de la misma edad que Trinidad,

sirvieron de conejillos de indias para una nueva experiencia en la que el Museo de Bellas Artes de Sevilla

acerca a los niños una docena de sus mejores pinturas.

Cuéntame un cuadro, la exposición que ha puesto la pintura al alcance de niños de 6 a 12 años, es un proyecto pedagógico en el que se enseña a mirar un cuadro, sus colores, temática, composición y, especialmente, se trasmite la necesidad de acudir al museo, algo a lo que los escolares no están habituados. De la treintena de chicos y chicas que se afanaban ayer en el aula Escuela de pintores para demostrar sus recién adquiridos conocimientos, tan sólo una, Trinidad, conocía ya el Museo de Bellas Artes. "Vine con mi hermana Alicia, que tiene 23 años y estudia medicina, en noviembre y vimos todos los cuadros", dice orgullosa Trinidad Botello, que se ha quedado boquiabierta con Virgen con el niño, de Murillo, un pequeño lienzo que se conoce como Virgen de la servilleta. "Me gustan mucho los colores y el fondo. Tiene colores fríos y algunos cálidos", apunta diligente. Su compañera Marta Molinos se ha quedado fascinada con El otoño, un bodegón de Francisco de la Barrera (siglo XVII). "Un bodegón es una mesa con mucha comida, yo lo sé porque estaba en clase de pintura y hacíamos bodegones. Pero ya no voy, me he apuntado a natación e inglés", aclara Marta.

Lo primero que llama la atención en esta muestra, que estará abierta hasta el 28 de febrero, es que los cuadros están colgados más bajos de lo normal y aparecen rodeados por enormes y atractivos dibujos que Francisco Salado ha realizado sobre la pared. Los niños se sienten en su terreno al ver obras de arte del siglo XVI, como Retrato de Jorge Manuel, de El Greco o Retrato de dama y caballero, de Francisco Pacheco, rodeados por dibujos actuales que les resultan muy familiares.

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"Los dibujos de las paredes son muy bonitos. !Mira¡ Esa mujer parece que está robando algo. Me gustaría venir otro día; si me dejan, claro", dice Felipe Fuentes Figueroa, muy popular entre sus colegas por las tres efes de su nombre.

"El que más me gusta es el niño con el caballo -Retrato de Carlos Pomar de Margrand, de Esquivel- y también la vista de Sevilla -de Jiménez Alpériz-, porque se ve nuestra ciudad y nos han hecho un juego para encontrar las diferencias que hay ahora", comenta Pablo Fernández mientras su amigo Juan Correa, a su lado, desaprueba un lienzo del taller de Zurbarán porque "tiene una ropa muy antigua".

Cómo suenan las pinturas

Cuéntame un cuento, la muestra que se inauguró ayer en el Museo de Bellas Artes de Sevilla con la visita de una treintena de alumnos de cuarto de primaria del colegio hispalense Nuestra Señora del Rosario, es mucho más que una exposición.Además del aula de pintura en la que los visitantes, de 6 a 12 años, pondrán a prueba sus conocimientos a través de juegos y comparaciones; cada una de las obras tiene su propia banda sonora vinculada a la época de la pintura. En la sala podrán oírse composiciones de Albéniz, Manuel de Falla, Vivaldi, Satie o Francisco Guerrero.Los doce lienzos seleccionados recorren cinco siglos, desde el XVI al XX, y su temática no es necesariamente infantil. El proyecto, elaborado por el gabinete psicopedagógico Indago, es una experiencia que podría realizarse en otros museos andaluces, adelantó ayer María Isabel Montaño, delegada provincial de la Consejería de Cultura.Durante los tres meses que estará abierta la muestra pasarán por ella 2.500 escolares. Las visitas para colegios -con las actividades dirigidas por personal del equipo pedagógico-están completas, aunque la muestra está abierta al público en general.El escritor Antonio Rodríguez Almodóvar es el autor de los textos que aparecen en una publicación de la Consejería de Cultura junto a los dibujos de Francisco Salado y la reproducción de los cuadros. "Es un diálogo con un niño imaginario en el que no se trata de trasmitirle conocimientos, sino de estimularle para que él mismo pregunte y se interese por las obras. La verdad es que es la primera vez que hago esto, pero los cuentistas acabamos haciendo de todo un poco", explica Rodríguez Almodóvar.Alejandro Guerrero, del gabinete pedagógico, es uno de los encargados de iniciar a los niños en el mundo de la pintura. "Les enseñamos a diferenciar cuatro grandes temas en las obras: Colores que cuentan, Sentimientos que expresan, Formas que dicen y Tiempo que pasa", añade Granados.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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