_
_
_
_
_
AGENDA GLOBAL | ECONOMÍA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

CEOE: 25 años de la derecha económica

La unidad, primera victoria

Joaquín Estefanía

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), cúpula patronal, celebró el pasado jueves sus primeros 25 años de vida. Nació con el objetivo de organizar a los empresarios, acostumbrados al amparo del sindicato vertical franquista, para los tiempos de la democracia. Cuentan Mercedes Cabrera y Fernando del Rey en su estupendo libro El poder de los empresarios (Editorial Taurus) que Carlos Ferrer Salat, primer presidente de la CEOE, afirmaba en 1977 que los empresarios se sentían "huérfanos políticamente"; el problema de España era que todo el mundo quería ser de izquierdas y quienes eran más de derechas se autodenominaban de centro. Para los que algunos llamaban derecha económica, la UCD estaba haciendo política de izquierdas con los votos de la derecha.

En 1977, los empresarios se sentían huérfanos; ningún partido representaba sus ideas. Creían que UCD hacía política de izquierdas con los votos de la derecha. La CEOE nació como una ruptura del sindicalismo vertical

Durante el primer lustro de su historia, la CEOE estuvo -como los tiempos- muy politizada. Las campañas contra los socialistas (sobre todo en las elecciones autonómicas andaluzas y en las generales de 1982) se compartían, más subliminalmente, con las opiniones en contra de la UCD y a favor de Alianza Popular. Fraga les gustaba y no tanto los ministros económicos de UCD (Fuentes Quintana, Abril Martorell, Fernández Ordóñez, García Díez, Bustelo, Alberto Oliart...) que eran profesionales liberales y no pertenecían, en sentido estricto, a su clase social. En alguna ocasión, varios dirigentes patronales se presentaron como candidatos al Parlamento, casi siempre en las listas de AP.

La CEOE nació de la fusión de tres organizaciones empresariales previas (Confederación General Española de Empresarios, Confederación Empresarial Española y la Agrupación Empresarial Española), con el apoyo de la más señera de las patronales preexistentes: la catalana Fomento del Trabajo. Ese parto se consiguió después de que el núcleo de empresarios preocupados por organizarse despejasen dos dudas: la primera, que la nueva patronal no debía nacer de las cenizas del vertical Consejo Nacional de Empresarios; la segunda, que la unidad patronal -frente a la multiplicidad sindical- sería la primera victoria de un movimiento aún en pañales.

Para la pequeña historia quedan las cenas o las comidas como método de unificación de las conciencias empresariales: la comida de Mayte Comodoro, la cena del restaurante Medinaceli el 7 de junio de 1977 (el conde de Montarco, Félix Mansilla, Rodríguez Sahagún, José Antonio Segurado, Alfredo Molinas, Julio Pascual, Rafael Terrmes, José María Cuevas, Carlos Ferrer Salat...); el retiro en el palacio de la Trinidad, encerrados por el ministro Enrique de la Mata Gorostizaga hasta llegar a un acuerdo, al margen de fulanismos.

Para conocer la historia empresarial contemporánea comienzan a aparecer los primeros libros. Aparte del citado de Mercedes Cabrera y Fernando del Rey, y ajeno a la vida orgánica de las organizaciones empresariales, hace 12 años se publicó A la sombre del poder (Tibidabo), de Mar Díaz-Varela y Mariano Guindal, que, pese a su valía como texto precursor, adolece de la moda periodística de aquellos años de contar lo ocurrido mediante conversaciones verosímiles imposibles de verificar (estilo que tanto critica Arcadi Espada en el último Premio Espasa de Ensayo). La Fundación CEIM (patronal madrileña) ha publicado dos tomos de Aproximación histórica a las Organizaciones Empresariales en España (de José Luis Martínez Sanz y Secundino José Gutiérrez Álvarez). El Instituto de Estudios Económicos, centro de pensamiento de la CEOE, acaba de sacar El asociacionismo empresarial en España (de Ana María García Femenía), y el Círculo de Empresarios (organización empresarial que defiende ideas y no intereses), un excelente texto de sus 25 años de historia, del catedrático Carlos Rodríguez Braun.

En todos ellos se analiza el papel central de los empresarios en este último cuarto de siglo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_