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INVESTIGACIÓN

Un estudio afirma que la Ley de Moore sobre el ritmo de aumento de la capacidad de computación es un falso mito

Tomàs Delclós

Es ya un lugar común afirmar que la capacidad de procesamiento de los chips se dobla cada 18 meses. Es la llamada Ley de Moore, supuestamente establecida por Gordon Moore en 1965. El investigador Ilkka Tuomi, del sevillano Institute for Prospective Technological Studies, ha publicado en la revista digital First Monday un artículo en el que demuestra que ni Moore dijo eso ni se cumple la llamada Ley de Moore, porque fue una predicción centrada en parámetros técnicos y económicos, olvidando los componentes culturales y sociales que influyen en el desarrollo científico. "La auténtica innovación no es predecible", concluye el artículo. Para Tuomi es un ejemplo fascinante de cómo se fabrican mitos en la sociedad moderna y se propagan en artículos científicos.

Más información
FIRST MONDAY::

En 1965, Moore observó que el número de componentes de los circuitos integrados parecía doblarse regularmente. En su fórmula original, Moore establecía que el número de componentes en un circuito integrado de mínimo coste se dobla aproximadamente cada 12 meses.

En 1975, Moore revisa su análisis de 1965 y afirma que el número de componentes en los chips más complejos se doblará aproximadamente cada dos años. Desde 1980 la Ley de Moore ha sido usada de distintas maneras. La propia Intel, que Moore presidió, describía en su web la Ley de Moore asegurando que cada 18 meses se dobla el número de transistores por circuito integrado. Moore advirtió que él nunca había hablado de 18 meses. "Dije un año, y luego dos. La Ley de Moore ha dado nombre a todo lo que cambia exponencialmente. Si Gore inventó Internet, yo inventé lo exponencial", escribía con humor en 2000.

Una de las versiones más extendidas de la Ley de Moore es la que describió R. X. Cringely en 1992, según la cual el número de transistores por pulgada cuadrada en circuitos integrados se dobla cada 18 meses. Tuomi ha localizado al menos tres falsas versiones de la citada ley. Gates la citó en 1997, asegurando que el poder de procesamiento de un chip se dobla cada 18 meses. Gore la leyó en 1999, señalando que el poder de computación se dobla cada 18 meses y Gordon la interpretó en 2000 diciendo que el precio del poder de computación cae a la mitad cada 18 meses.

Determinismo tecnológico

Tuomi maneja multitud de datos sobre precios y cantidad de transistores en un chip para demostrar que el crecimiento exponencial ni fue regular ni ha cumplido los plazos de la llamada Ley de Moore.

El primer micropocesador 4004, de 1971, tenía 2.250 transistores. El último Pentium 4 que recoge el trabajo de Tuomi albergaba 42 millones de transistores. Aplicando la cadencia más optimista de dos años, el error es de 10 millones de transistores. Tuomi destaca que la velocidad de procesamiento no va aparejada a un único factor técnico; aspectos como la arquitectura -el reloj- del chip y la aparición de determinados sistemas operativos han aumentado la misma.

Ya no tiene sentido, según Tuomi, calcular la eficacia con criterios como el de Millones de Instrucciones por Segundo (MIPS), porque depende del volumen de información que se maneje en cada instrucción.

Por otra parte, la actual capacidad de un ordenador personal no se mide sólo por la capacidad del microprocesador. Un ordenador alberga distintos tipos de memorias y programas compilados que configuran su funcionalidad. "La definición de poder computacional depende de las tareas para las que el ordenador es usado".

Tampoco el descenso de precios ha sido uniforme. Ha sido más fuerte en microprocesadores que en chips de memoria. Los precios de chips de memoria, entre 1974 y 1979, cayeron un 41% por año, y entre 1991 y 1996, un 19%.

Tuomi discute que pueda medirse el progreso tecnológico sólo con características internas prescindiendo de otros factores. Intentar explicar el gran crecimiento de la informática a base de determinismos tecnológicos es el error que subyace en la Ley de Moore y en sus versiones más desautorizadas.

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