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Tribuna:AULA LIBRE
Tribuna
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Educación de ciencia-ficción

Si alguien ha seguido todos los capítulos del programa de ciencia-ficción, los telediarios de TV-1, con el que nos están obsequiando las últimas semanas habrá llegado a la conclusión de que con la Ley de Calidad de la Educación no sólo se van a resolver todos los problemas de la educación de nuestro país, sino que además vamos a ser la envidia de todos los países de nuestro entorno. España va a conseguir en pocas semanas pasar a la cabeza del pelotón de los países más avanzados y todo ello sin invertir un solo euro. Suponemos que semejante milagro se va a producir gracias a la introducción de la religión como asignatura obligatoria para todo el alumnado.

Pero hablemos en serio, señora ministra. La educación en nuestro país tiene problemas y necesita cambios, pero los cambios que se necesitan no van en la línea de las propuestas contenidas en su mal llamada Ley de Calidad de la Educación. Si hay un número significativo de alumnos que inician la educación secundaria obligatoria con lagunas importantes en su formación, no pretenderá que nos creamos que lo va a resolver resucitando las guarderías, no adoptando ninguna medida en la educación primaria y separándolos desde los 12 o 14 años en itinerarios en función de sus niveles de aprendizaje. Si hay una concentración excesiva de alumnado con dificultades en determinados centros, fundamentalmente públicos, no pretenderá que nos creamos que se va a resolver creando centros de especialización curricular donde van a introducir nuevos criterios, como el expediente académico, para seleccionar al alumnado que se puede matricular. Si hay problemas de convivencia en los centros, no pretenderá que nos creamos que se van a solucionar disminuyendo la participación de los distintos sectores de la comunidad educativa. Si hay problemas en la dirección de los centros, que llevan a que en torno al 50% de los directores tienen que ser designados por la Administración por falta de candidatos, no pretenderá que nos creamos que la solución está en que se designe al 100% por la Administración.

El problema del Gobierno es que cuando habla de calidad sólo piensa en unos pocos

Señora ministra, usted está utilizando el descontento de un sector importante del profesorado, fundamentalmente de secundaria, producido por la dificultad de poder atender en condiciones a todo el alumnado para introducir una serie de cambios en nuestro sistema educativo que lejos de resolver los problemas existentes los va a incrementar. Usted le está transmitiendo al profesorado que no se preocupe, que a partir de ahora a los alumnos con dificultades les darán clase 'los otros'. A los profesores de la privada les transmite que podrán seleccionar a su alumnado por el expediente académico, por lo que el alumnado con mayores dificultades irá a la pública, a los profesores que proceden de BUP, que estos alumnos harán un itinerario de orientación técnico-profesional, por lo que les darán clase los antiguos profesores de formación profesional, a éstos que podrán enviar al alumnado con mayores dificultades a un programa de iniciación profesional, que ya veremos quien lo dará. Además, les transmite a todos en general que en último extremo siempre podrán hacer que a estos alumnos, que estarán en grupos específicos, les de clase el último interino que llegue al centro.

Los problemas de aprendizaje no aparecen, por generación espontánea, el día que los alumnos cumplen 12 o 13 años. Para resolver y disminuir estos problemas es necesario ampliar la oferta de plazas en educación infantil y reforzar su carácter educativo, adoptar medidas en educación primaria que permitan intervenir a tiempo de superar las dificultades, dotar a los centros de secundaria del profesorado necesario para, entre otras cosas, poder desdoblar los grupos, incrementar la oferta de programas de diversificación curricular y adelantar la edad de incorporación a estos programas del alumnado que así lo requiera. Mención especial merece el tipo de respuesta necesaria para el alumnado que rechaza su escolarización en este nivel educativo. No se puede pretender que una problemática que no tiene su origen en el marco escolar, se resuelva actuando sólo desde los centros educativos. Es necesario desarrollar actuaciones específicas con este alumnado en las que se impliquen los ayuntamientos y otras instituciones.

Por otra parte, está el debate permanente entre los centros públicos y los privados concertados. Los centros privados concertados se deben comprometer a atender a todo el alumnado sin ningún tipo de discriminación explícita o implícita, a hacer efectivo el principio de gratuidad y a llevar a cabo una gestión transparente y controlable socialmente. No se puede consentir que desde un centro educativo que pagamos todos los ciudadanos se seleccione al alumnado que se puede matricular. Los centros no deben tener ninguna autonomía para seleccionar a su alumnado, y sí mucha más autonomía para organizar la mejor respuesta educativa al alumnado que tienen escolarizado.

El problema del Gobierno es que cuando habla de calidad, sólo piensa en unos pocos. Otros afirmamos que hay que garantizar una educación de calidad tanto para los alumnos con mayor capacidad y motivación para aprender como para los alumnos con mayores problemas de aprendizaje. El futuro de cualquier país está en la formación que tenga la inmensa mayoría de su población, no en la formación de unos pocos.

Si se quiere de verdad ofrecer una educación de calidad para todos, es necesario invertir más y mejor en educación. En el preámbulo del proyecto de ley se habla mucho de la cultura del esfuerzo, pero se aplica sólo al alumnado. Es necesario el esfuerzo de todos: del Gobierno, de las familias, del profesorado, del alumnado, en definitiva de la sociedad para dotar a la educación de los recursos necesarios. Es imprescindible incrementar el número de profesores y dotar a los centros de los medios necesarios para poder dar respuesta a las nuevas demandas que la sociedad hace al sistema educativo. La manera más explícita en que la sociedad y los poderes públicos manifiestan su compromiso con el sistema educativo es por medio de las partidas presupuestarias que destinan a este fin. Nadie consigue un producto de calidad si no está dispuesto a pagar lo necesario, y la educación no es una excepción.

Señora ministra, no queremos una educación virtual a través de programas de ciencia-ficción, queremos una educación real que de verdad solucione los problemas que hoy tenemos en nuestros centros.

Miguel Soler (técnico de Educación), Vicent Baggetto (director IES Joan Fuster, Sueca,Valencia), Jaime Mougán (director IES Triana, Sevilla), Javier Brihuega (director IES Rey Pastor, Madrid), Concha Arribas (directora IES Tomás Mingot, Logroño), José Manuel Mouriz (director IES Fene, A Coruña).

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