_
_
_
_
_
Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Viva el comercio

Javier Rodríguez Marcos

'Preferiríamos tener el iceberg antes que el barco'. Un verso como éste es toda una declaración de intenciones. Las intenciones son, en este caso, las de Elisabeth Bishop (1911-1979), norteamericana que vivió en Nueva Escocia, París, Ouro Preto, Londres y Río de Janerio y que tituló la mayoría de sus pocos libros de poemas con términos geográficos (Question of Travel, Geography III), empezando por el primero Norte & Sur, publicado originalmente en 1946. Por otro lado, cuando no hace mucho apareció la traducción española de sus cuentos, el título, Una locura cotidiana (Lumen), era de nuevo, más allá de que su madre enloqueciera tras la prematura muerte de su padre, una declaración.

NORTE & SUR

Elisabeth Bishop Traducción de Eli Tolaretxipi Igitur. Tarragona, 2002 112 páginas. 9,90 euros

Oscura y transparente, la obra de Bishop es, en efecto, una síntesis de elementos abstractos y figurativos, oníricos y realistas (órficos y lógicos, dice Luis Antonio de Villena en su ajustado prólogo) hasta crear un universo en el que la extrañeza viene no tanto de las imágenes que crea como del modo en que éstas se combinan. Seguidora de Marianne Moore -a la que dedicó una semblanza inolvidable- y traducida tempranamente por Octavio Paz, la poeta estadounidense se fue desplazando, en palabras de Adrienne Rich en Sangre, pan y poesía (Icaria), desde el poema-como-objeto hacia el poema-acerca-de-un-objeto, allí 'donde el sufrimiento humano no es metafórico'.

A aquella primera fase corresponde, pues, este Norte & Sur, atravesado, pese a todo, por un humanísimo sentimiento de dualidad y, sobre todo, por una repetida sensación de indigencia vital. Así, muchos de los personajes que desfilan por estos poemas viven a la intemperie, 'como perros que buscan un lugar para dormir': 'La ropa cuelga en el tendedero, / pero no es mía. / Nada de lo que veo / me pertenece. / Los vecinos consiguieron una radio con antena; / nosotros tenemos un pequeño transistor. / Ellos tienen armarios; nosotros una maleta', se lee en Canciones para una cantante de color. Con todo, no hay en estas páginas ningún patetismo. La vida al margen es la de aquellos que prefieren el iceberg al barco. Para ellos, cada mañana comienza con tanta ceremonia (pájaros, campanas, sirenas de las fábricas) que se impone una pregunta: '¿De dónde vienen la música, la energía? / ¿Para qué criatura inefable / que pasó desapercibida se hizo el día?'. Lo mejor de esta primera Bishop nace de la conciencia de que si hay esperanza no es para nosotros. La prosa de la vida atempera, así, la exaltación más lírica. Cuando los viajeros parecen haber llegado a su destino, dice: 'Sería difícil saber qué les trajo aquí, / si el comercio o la contemplación'. En estos tiempos, puede que a la poesía no le quede, felizmente, otro espacio que ese inhóspito cruce de caminos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_