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La lluvia y el viento obligan a los bomberos a realizar 220 intervenciones

Madrid fue ayer el municipio más afectado por la tormenta de agua que descargó entre las 12.00 y la 13.00, y sobre todo por el viento posterior, que alcanzó rachas de más de 70 kilómetros por hora. Los bomberos realizaron en total 150 salidas en la capital, 98 de ellas por la tarde, para retirar árboles, tejas y ladrillos derribados por el fuerte viento, y el resto, para achicar agua de sótanos y garajes inundados. La centralita del 080 se colapsó hacia la una de la tarde, cuando arreciaba la tormenta, y provocó la salida de 17 dotaciones de los 13 parques municipales. Las llamadas fueron tantas que hacia las 17.00 la lista de espera para efectuar las intervenciones era aún 'muy larga', según un portavoz de los bomberos de Madrid.

El servicio de emergencias 112 de la Comunidad, por su parte, recibió alrededor de 100 avisos, el 85% procedentes de la capital. Al igual que en la capital, a partir de las 14.00, fue el viento lo que causó desperfectos y obligó a los bomberos de la región a efectuar las salidas.

El incidente más grave se produjo en la maternidad del hospital La Paz. Una bolsa de agua acumulada sobre el tejado obligó a los responsables del centro a tirar abajo parte del techo de escayola de un pasillo y de una sala, que amenazaban con derrumbarse, pero, según un protavoz del hospital, 'sin que nadie corriera peligro'. El agua también inundó la entrada de urgencias y parte de su sala de espera, hasta que los servicios de limpieza del propio centro hospitalario consiguieron retirar el agua.

Retrasos en Barajas

La lluvia afectó también seriamente al tráfico aéreo en el aeropuerto de Barajas. Algunos vuelos de Iberia, Spanair y Air Europa sufrieron retrasos de hasta una hora por la lluvia y el fuerte viento. Los pasajeros llegaron a esperar una hora en el interior de los aviones a que la torre de control diera la autorización para despegar. Iberia llegó incluso a cancelar 14 vuelos, tanto de ida como de llegada a Barajas, aunque la mayoría de los pasajeros pudieron ser reubicados en otros vuelos, según fuentes de la compañía.

La tormenta provocó numerosas bolsas de agua en calles y carreteras. La M-30 se vio especialmente afectada, y la Policía Municipal tuvo que cortar dos carriles de esta vía a la altura del kilómetro 26, cerca de la calle del Cardenal Herrera Oria. También hubo encharcamientos en los túneles de la M-30, a la altura de la conexión con la M-40, y en el nudo de Manoteras, así como en las calles de Alfonso XIII, Jazmín y el paseo de la Castellana.

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Pasada la tormenta, llegó el viento. A partir de las dos de la tarde y hasta las 17.30, los destrozos causados por las fuertes rachas en fachadas y cornisas obligaron a los servicios de emergencias a realizar alrededor de 50 salidas, tanto en la capital como en los municipios de Navalcarnero, Boadilla del Monte, Alcobendas, Alcorcón y Móstoles.

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