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Crónica:FÚTBOL | Quinta jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Betis desperdicia su gran media hora

El Sevilla empata un encuentro en el que su rival tuvo más oportunidades, pero menos ímpetu

Concentración, presión, toque de balón y velocidad. Es la teoría de Víctor Fernández y sus jugadores la llevaron ayer a la práctica al pie de la letra durante media hora. Y, además, lo hicieron en el partido más esperado por los aficionados, en el derby, ante el eterno rival, el Sevilla, que evidenció su mal momento y tuvo que rendirse en esos minutos al excelente aroma que desprende el conjunto verdiblanco.

Pero, tras esa media hora de indiscutible dominio, el Betis se durmió y permitió que el Sevilla resucitara. Ése fue su error: no rematar al contrario. Y en un derby, un modelo de encuentro que los sevillistas suelen manejar a su antojo, no se les puede dar tanta ventaja. El empate final hizo justicia al ímpetu y la fe del equipo blanco, pero dejó sin premio al mejor fútbol bético.

SEVILLA 1| BETIS 1

Sevilla: Notario; Njegus, Pablo Alfaro, Óscar, David; Gallardo (Redondo, m. 82), Samways, Casquero (Antoñito, m. 46), Reyes; Marcos Vales y Toedtli (Moisés, m. 67). Betis: Prats; Varela, Juanito, Arzu, Luis Fernández; Joaquín, Ito, Assunção, Denilson (Fernando, m. 69); Capi y Alfonso (Casas, m. 76). Goles: 0-1. M. 17. Ito recupera el balón en su campo y arranca un rápido contraataque. Capi la conduce y abre a Denilson, que centra y, en el segundo palo, Joaquín remata de cabeza. 1-1. M. 69. Reyes centra al área pequeña y Juanito desvía el balón para introducirlo en su propia portería. Árbitro: Téllez Sánchez. Amonestó a Varela, Joaquín y Arzu, del Betis, y a Samways, Óscar, Marcos Vales y Njegus, del Sevilla. Unos 40.000 espectadores en el estadio Sánchez Pizjuán.

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Ambos equipos saltaron al campo con buena disposición y con ánimo festivo, un panorama diametralmente opuesto al de los derbies de los últimos años, en los que el miedo a perder brindó pésimos espectáculos. Pero la calidad individual de los béticos marcó la diferencia en el arranque. Hasta cuatro ocasiones acumuló el Betis en los primeros diez minutos por un solo acercamiento sevillista al área de Prats. Al Sevilla le faltó distribución en el centro del campo y desborde en sus bandas, en las que Gallardo y Reyes estuvieron muy apagados, el primero por fallón y el segundo por desaparecido.

Justo todo eso le sobró al Betis en la primera media hora. Los robos de balón de Ito favorecieron que sus compañeros siempre pillaran a contrapié al Sevilla y, guiados por la pausa y la ciencia de Assunçao, Denilson, Capi y Joaquín se pusieron las botas.

Así, literalmente, llegó el gol. Ito robó el balón en su centro del campo al desacertado Gallardo y lo dejó a los pies de Capi. Mientras éste lo conducía, Denilson y Joaquín le superaban por las dos bandas. Apertura a la izquierda, centro del brasileño que supera a toda la defensa, incluido Notario, y Joaquín, amarrado al poste, no tiene más que superar por alto a David y rematar un gol soñado.

Curiosamente, tras el gol fue cuando el Betis dejó de dar sensación de peligro. Se relajó y se limitó a verlas venir. Sin embargo, el Sevilla ni siquiera intentó aprovechar la coyuntura en esos minutos y apenas logró colgar algún balón sobre el área de Prats y botar un par de inocuos saques de esquina.

En la segunda parte el partido arrancó revolucionado. A Caparrós no le quedó más remedio que tirar del banquillo y apelar a Antoñito para que, en sustitución del oscuro Casquero, diera mayor mordiente al ataque sevillista. El recién incorporado delantero contestó con una buena jugada en la banda derecha de la que sacó un peligroso pase al área. Y en la conclusión de esa jugada se demostró el mal fario que sufre el Sevilla en este inicio de temporada. La pelota puesta por Antoñito fue chutada sucesivamente por Toedtli al poste y por Reyes al larguero. Ése es el sino del equipo de Caparrós este curso. Despiste defensivo y falta de acierto en el ataque.

Tuvo que recurrir el Sevilla a un barullo en el área para que Juanito, el central contrario, convirtiera en gol en propia puerta la locura y la velocidad que los sevillistas, a través de Reyes y Antoñito, inocularon al partido.

El desbarajuste dominó el encuentro hasta el final y sólo las gotas de calidad individual de Capi, Joaquín o Reyes pudieron desnivelar un partido que puso tablas entre el nervio y la calidad y dejó al Betis con la sensación de haber desperdiciado una notable oportunidad para mostrarse como una alternativa para la Liga.

Un agente se lleva del terreno al hincha furibundo que intentó agredir a Prats.
Un agente se lleva del terreno al hincha furibundo que intentó agredir a Prats.EFE
Ito sujeta al hincha tras agredir a Prats, que hace un gesto también con la mano para pararlo.
Ito sujeta al hincha tras agredir a Prats, que hace un gesto también con la mano para pararlo.GARCÍA CORDERO

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