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El reto de la renovación y la recuperación de Álava

Lo inhabitual del procedimiento seguido para la designación de Román Sudupe como candidato peneuvista a la alcaldía de San Sebastián contrasta con el enroque de las ejecutivas de Vizcaya y Álava en el proceso reglamentario de propuestas elevadas desde las bases para elaborar las listas. 'El proceso está muy verde' o 'estamos aún en mantillas' son las respuestas de los portavoces oficiales de las ejecutivas del PNV de Vizcaya y Álava. Lo único que ambas reconocen haber hecho ya es enviar a las juntas municipales las instrucciones para elevar nombres, después de que el pasado 4 de septiembre el EBB abriese un proceso que las ejecutivas provinciales esperan haber terminado a finales de diciembre o primeros de enero con la designación de todos los candidatos.

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Una de las incógnitas por despejar es hasta qué punto el PNV querrá y podrá trasladar a las cabezas de sus principales listas la renovación que ya efectuó en sus ejecutivas territoriales. Esta duda juega sobre todo en Vizcaya y Bilbao, donde tanto Josu Bergara como Iñaki Azkuna se ubican en una generación anterior a la que gobierna el partido. Con todo, muchas voces apuntan todavía a la continuidad de ambos, con más seguridad en el caso de la alcaldía de Bilbao.

En Álava el problema es de más calado todavía, ya que la recuperación del poder en ese territorio es el principal objetivo de los nacionalistas para mayo de 2003 y su logro o no medirá en gran parte su éxito o fracaso y determinará incluso los planes del lehendakari, Juan José Ibarretxe.

Entre los nombres que empiezan a barajarse en medios internos destaca el del consejero de Agricultura, Gonzalo Sáenz de Samaniego, como posible candidato a diputado general. 'Es un valor en alza', se asegura. Samaniego, originario de la Rioja Alavesa y propietario de una bodega, disputa al PP desde su cargo en el Gobierno un terreno que puede resultar crucial en el recuento de procuradores a Juntas Generales.

El PNV, que en Álava da por hecha la coalición con EA, considera un objetivo abordable la recuperación de la condisión de primera fuerza, dada la escasa diferencia de 300 votos que le sacó el PP en 1999.

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Otra cosa es el Ayuntamiento de Vitoria, donde la brecha fue de 20.000 sufragios. El PNV se debate entre una apuesta de renovación, para la que se cita a ediles como Manu Allende o Mikel Garay, o la repetición de María Jesús Aguirre como propuesta de enlace con la etapa de José Ángel Cuerda y contraste con Alfonso Alonso. Su condición de derrotada en 1999 no sería un obstáculo, se asegura, y se la considera una candidata 'impecable', tanto para el Ayuntamiento como para la Diputación, frente al discurso de enfrentamiento político que prevén hará el PP.

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