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El real brasileño se hunde a un mínimo de 3,57 por dólar

La incertidumbre preelectoral hace retroceder un 4% la Bolsa paulista

La moneda brasileña, el real, se desplomó ayer frente a la divisa estadounidense hasta cotizar a 3,57 por dólar, mientras que la Bolsa de São Paulo retrocedía un 4% a media sesión. La abrupta caída del real a un mínimo histórico fue atribuida a la incertidumbre ante las elecciones del próximo mes. El candidato de izquierda, Lula da Silva, según la última encuesta, se ha afianzado como favorito.

El desplome del real y del índice Bovespa de la Bolsa de São Paulo fueron un claro ejemplo de la inestabilidad que vive el mercado brasileño a medida que se aproximan las elecciones generales, previstas pare el próximo 6 de octubre. La moneda brasileña perdió casi un 5% de su valor en una hora y llegó a cotizar a 3,57 unidades por cada dólar, marcando un mínimo histórico. En lo que va de año, la divisa brasileña ha experimentado una depreciación del 54,1% frente al dólar. Sólo en el último mes, la moneda estadounidense ha ganado un 14,7% frente al real.

El mínimo histórico anterior, de 3,47 reales por dólar, se había registrado el 31 de julio pasado, una semana antes del anuncio del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha servido de poco para traer calma a la economía brasileña. El organismo multilateral de crédito otorgó a Brasil un crédito de 30.000 millones de dólares para frenar la especulación que estaba arrastrando a la moneda brasileña y que estaba poniendo en serios aprietos al Gobierno para hacer frente a los pagos de su deuda externa nominada en dólares.

Baja actividad bursátil

El índice de la bolsa paulista cayó un 4,18%, con escasos 150 millones de reales de volumen de negocio, el más bajo desde marzo de 1999, fecha en que el Gobierno brasileño liberó el tipo de cambio del real para reflotar la economía, que había sido muy golpeada tras las crisis asiática y rusa.

Muchos analistas consideran que la caída del real y de la Bolsa se debió a un ataque especulativo. Sin embargo, las nuevas encuestas que sitúan al candidato de izquierda, Lula da Silva, como favorito para las elecciones generales siguen inquietando a los inversores. Ni Da Silva ni su rival más cercano, Ciro Gomes, han confirmado si mantedrán las políticas macroecónomicas del actual gobierno. Los dos candidatos han dado tibias muestras de apoyo al acuerdo alcanzado entre la actual administración y el FMI para obtener el crédito multimillonario.

No obstante, las malas noticias en el ámbito económico no acabaron aquí. El llamado riesgo país, que mide la desconfianza de los inversores en que el Gobierno brasileño pueda hacer frente a sus pagos de deuda, aumentó poco más de 10% en la jornada de ayer, alcanzando la marca de 2.182 puntos. Una nueva encuesta realizada entre inversionistas internacionales situó Brasil como el decimotercer país más atractivo para hacer negocios, cuando antes ocupaba el tercer puesto. Es la primera vez en siete años que el país no logra clasificarse entre los cuatro primeros.

Varios analistas financieros señalaron, además, con cáustico y típico humor brasileño, que finalmente se cumplió la meta de unificar las monedas de las dos principales economías sudamericanas frente al dólar. Ayer, mientras la cotización de la moneda argentina era de 3,61 pesos por dólar, en Brasil era de 3,57 reales. Nueve meses después de la devaluación del peso y tres años y nueve meses más tarde de la brusca devaluación del real, registrada en enero de 1999, se llegó a una igualdad entre las monedas argentina y brasileña que no hace ninguna gracia a ninguno de los dos gobiernos suramericanos.

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