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España y Reino Unido eluden comprometer una fecha para el acuerdo sobre Gibraltar

'El Gobierno no se siente prisionero de un calendario', asegura la ministra Ana Palacio

España y el Reino Unido no tienen todavía fecha para reanudar las negociaciones sobre Gibraltar. El Gobierno español 'no se siente prisionero de un calendario, aunque la voluntad es de terminar cuanto antes', dijo la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, quien mantuvo su primer encuentro con su colega británico, Jack Straw, aprovechando la reunión en Elsinor (Dinamarca) de los jefes de la diplomacia de la UE. El antecesor de Palacio, Josep Piqué, anunció que el acuerdo sobre Gibraltar se alcanzaría este verano.

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Tema:: Gibraltar en el punto de mira
Participación:: La opinión de los lectores
Claves:: 30 años de negociaciones
Cronología:: Historia de la colonia

Las conversaciones hispano-británicas quedaron suspendidas a raíz de la crisis ministerial española de julio y de la salida del Ministerio de Asuntos Exteriores de Josep Piqué.

El Gobierno español manifestó su deseo de poder fijar una fecha en Dinamarca a fin de no retrasar más el proceso, del que había un compromiso de que se hubiera culminado el pasado mes de junio.

Ahora parece, sin embargo, que Madrid no tiene demasiada prisa o estudia qué respuesta dar a las últimas ofertas de Londres sobre la espinosa cuestión de la cosoberanía, que España se resiste que sea definitiva, y el futuro de la base naval, que el Reino Unido quiere convertir en una instalación de la OTAN bajo control británico.

Tampoco parece preocupar el resultado del referéndum sobre el destino de la colonia británica, que las autoridades gibraltareñas piensan celebrar a finales de octubre y cuya validez no reconoce el Gobierno británico.

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Fuentes diplomáticas españolas restaron importancia a que no haya salido de Elsinor nada concreto y negaron que el proceso se encuentre bloqueado. 'No está estancado', afirmó el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Ramón de Miguel. Palacio podría volver a reunirse hoy con su colega británico, quien muy relajado decidió, una vez terminada la primera sesión del Consejo de Asuntos Generales, darse un baño en las frías aguas del mar del Norte.

En un encuentro con los enviados españoles, la ministra declaró que después de más de un mes y medio en el cargo conoce ya a fondo el dossier gibraltareño, pero no se siente atada a un calendario que más tarde no se pueda respetar. 'No quiero tomar compromisos que luego no pueda cumplir', manifestó ante la insistencia de los periodistas por arrancarle una fecha de reanudación de las negociaciones.

'Tenemos la voluntad de terminar cuanto antes, pero no nos sentimos prisioneros de un calendario', afirmó. Reconoció que existen dificultades políticas y jurídicas como en cualquier otro proceso, 'pero hay voluntad de llegar a un acuerdo en plazo breve'.

España, dijo Palacio, no suscribirá un pacto que no sea satisfactorio. 'No vamos a renunciar a nuestros principios', sentenció, pero 'seremos absolutamente flexibles en los medios y en las formas para implementarlo'.

La fecha de la primera reunión entre ambos ministros había sido aplazada por dos veces. La primera había sido prevista para el 12 de julio, pero quedó cancelada porque la eurodiputada del PP acababa de tomar posesión del cargo. Tampoco pudo ser diez días después, en Luxemburgo, con ocasión del Consejo de Asuntos Generales de la UE, debido a la crisis de Perejil y el viaje de Palacio a Rabat.

Viejos conocidos

Palacio y Straw se conocían anteriormente, cuando ella asistía como presidenta de la comisión de Libertades Públicas del Parlamento Europeo a alguna de las reuniones de los Consejos de Ministros de Justicia e Interior de la Unión Europea. Antes de ser secretario del Foreign Office, Straw fue titular de Interior. 'Ambos somos abogados y pertenecemos al Colegio de Abogados de Inglaterra y Gales. Yo soy miembro honorario', dijo Palacio al ser preguntada si había percibido química con su colega.

Las negociaciones hispano-británicas sufrieron un parón el pasado mayo, con Piqué todavía en el cargo, a raíz de las divergencias relativas a la temporalidad de la futura cosoberanía del Peñón. España quiere que el acuerdo abra la vía a una futura devolución de la colonia, mientras que el Reino Unido insiste en que debe tener un carácter permanente. 'Nosotros entendemos permanente como lo opuesto a algo temporal, a que sea una etapa hacia la plena soberanía española. Eso no es aceptable', declaró en julio a este diario el ministro británico para Europa, Peter Hain.

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