_
_
_
_
Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

AMARAL VIAJA SIN DESCANSO CON SU 'ESTRELLA DE MAR'

Desde junio hasta octubre, el dúo tiene contratada una gira que le llevará por media España. Sin apenas tiempo para comer, el grupo, que ha vendido cerca de 200.000 ejemplares de su nuevo disco, actuó el sábado en Valdelosa.

No importa el escenario ni el lugar, la intensa gira que lleva el dúo Amaral por España a vueltas de su exitoso tercer disco Estrella de mar puede pasar por los sitios más inverosímiles. Y la frecuencia puede rayar en la paranoia. Desde el pasado día 9, que actuaron en Villacañas (Toledo), no hay día de descanso. Allí iniciaron una quincena infernal que acabará el día 23 en Las Palmas de Gran Canaria. El orden geográfico tampoco cuenta. De Villacañas saltaron a Ferrol, de ahí a San Sebastián, luego a Gijón, a Madrid (Las Vistillas y Chinchón), Marmolejo (Jaén), Archidona (Málaga), o este último sábado a Valdelosa (Salamanca), acaso el pueblo más pequeño de todo el recorrido, no sólo de estos 15 días, sino de la gira completa que finaliza a mediados de octubre.Valdelosa, un pueblo próspero que vive del corcho y de la crianza del cerdo, no tiene más de 500 habitantes censados. La guinda del programa festivo en honor a san Roque es Amaral. La actuación de la noche anterior en Archidona obligó a Amaral y a sus músicos a un madrugón importante. Cerca de 700 kilómetros en furgoneta agotan a cualquiera, y no hay tiempo para pararse a comer con decoro. Eva Amaral, la cantante, es vegetariana a instancias de Manolo Mejías, el bajista del grupo. A eso de las nueve de la noche, después de haber dejado el equipaje y haberse cambiado en un hotel situado a unos 30 kilómetros, llega al camerino y se lanza ávida sobre un sándwich vegetal. 'No he comido más que una raja de sandía en todo el día', dice mientras desde fuera de la valla que separa el recinto de la zona técnica, empiezan a pedirle besos y autógrafos. El concierto es en una plaza de toros portátil. Con el escenario ocupando la mitad del ruedo, el recinto puede llenarse, entre las pequeñas andanadas y el albero, con un poco menos de 1.500 personas, entre las que se cuentan muchos veraneantes.

Para Juan Aguirre y Eva Amaral, los dos componentes del dúo, tocar en un pueblo pequeñito y ante una reducida audiencia es igual de 'emocionante que hacerlo ante 15.000'. Les gusta recordar que empezaron 'en sitios mucho más pequeños'.

En la plaza de toros de Valdelosa, el concierto transcurre entre la emoción del público y el entusiasmo de los artistas. Entre el público, parejas abrazadas e incondicionales que corean sus canciones, encienden bengalas y saltan en las piezas marchosas. Eva y Juan no se creen grandes estrellas, a pesar de que la gira está resultando a lleno diario y les ocupa más de 20 días de cada mes desde junio a octubre. Cuidan de que antes de sus conciertos, para hacer ambiente, se oiga Green onions y otros instrumentales famosos de Booker T. and the MGs. Cuando ya van a saltar al escenario, la introducción de Sgt. Pepper's... de Los Beatles les da la señal. Al finalizar, con las luces de la plaza ya encendidas, suena el Spanish fly, de Herp Albert y sus Tijuana Brass.

No hay descanso. Amaral no tienen ni tiempo de disfrutar del éxito. Una cena después del concierto con el alcalde como anfitrión y otra vez la carretera.

Un momento del concierto que ofreció Amaral en el pequeño pueblo de Valdelosa, Salamanca.
Un momento del concierto que ofreció Amaral en el pequeño pueblo de Valdelosa, Salamanca.FÉLIX ORDÓÑEZ

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_