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Crónica:FERIA DE VALENCIA | LA LIDIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ni asomo de rivalidad

Se presumía competencia en el ruedo y al final cada uno fue a lo suyo. Sólo en el primero de la tarde se atisbó espíritu de rivalidad: hubo un quite de Manzanares con el remate de una gran media tras unas limpias tafalleras, saltó como un resorte Tejela y repitió el mismo quite, aunque en esta ocasión el remate consistió en una larga cordobesa. Ahí terminó la competencia. Desde ese momento ninguno de los dos se vio espoleado por el otro. Ni siquiera en el sexto, cuando la tarde se decantaba a favor de Tejela, Manzanares respondió al quite de su presunto competidor.

Los mano a mano siempre fueron sinónimo de competencia, no tienen otro sentido. Éste, con Tejela y Manzanares, se montó sobre esa base en teoría consecuente. Pero sobre el ruedo, apenas existió.

Torrestrella/ Tejela, Manzanares.

Novillos de Torrestrella, correctos de presentación, cumplidores en varas, nobles en general pero sin terminar de romper. El primero, bravo y encastado, fue el mejor. Matías Tejela: casi entera, trasera y desprendida (saludos); pinchazo y estocada algo trasera y desprendida (silencio); estocada trasera de efectos fulminantes, (una oreja). José María Manzanares: pinchazo y estocada (saludos); media perpendicular y atravesada y un descabello (saludos); casi entera -aviso- (ovación). Plaza de Valencia, 23 de julio. Quinta de Feria. Más de media entrada. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del ganadero Conde de la Maza, fallecido anteayer en Sevilla.

La novillada de Torrestrella fue dije de presencia: agradable para los toreros, correcta y muy bien hecha. Seis novillos casi de probeta para asegurar el triunfo. Y esa novillada no falló, al menos no con rotundidad. Le faltó, quizás, un punto de entrega en la muleta, pero fue noble y cómoda de torear. Incluso hubo novillos que tuvieron clase a la hora de empujar en el caballo. Otra cosa es que los dos novilleros la aprovecharan como debían. Esa es otra historia.

La única oreja la cortó Matías Tejela en el quinto. Este novillo fue de los de menos clase del lote. Pero novillo de ida y vuelta a la muleta sin mayores problemas. La faena de Tejela, desigual, estuvo muy trabajada desde el principio. Cuando el temple fallaba, el novillo se descomponía, de ahí tan irregular trasteo. Sólo al final esa labor pareció más maciza. Los circulares invertidos de la última fase le dieron nivel popular. Tejela no le acabó de encontrar el sitio al bravo primero, el mejor de la novillada. La faena prometió más de lo que en realidad fue. Se echó siempre muy encima al de Torrestrella y todo quedó en un proyecto inacabado. La faena al tercero también tuvo altibajos. Tan pronto subía de tono como bajaba irremediablemente.

El nuevo Manzanares tiene plaza, y planta, y empaque. Pero es un proyecto. Su primera faena fue de apuntes, de detalles, sobre todo en los remates. Pero faltó cohesión, es decir, ligazón. Si el segundo fue novillo muy noble, aunque un punto rebrincado, el cuarto y sexto tuvieron menos entrega. Aquél tomaba la muleta muy remiso, y éste ni se rompió ni se entregó. La faena al cuarto tuvo formas pero no fondo: estuvo centrado pero sin brillantez. Con el sexto pareció desilusionarse muy pronto y anduvo como muy inconformista.

Al final, tan espectante novillada dejó un sabor agridulce. La competencia presumida no apareció por ningún lado y el nuevo Manzanares, con la plaza a su favor, pasó por Valencia sin terminar de seducir.

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