Rato telefonea a los líderes sindicales para 'tantear' una reunión

El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, telefoneó ayer por la mañana a los líderes de Comisiones Obreras y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, para ofrecerles, de forma muy genérica, una reunión. Los sindicalistas confirmaron esa llamada, pero subrayaron que fue 'muy inconcreta' y que les produjo la impresión de que el ministro sólo estaba 'tanteándoles'. En todo caso, las centrales interpretan que Rato asume con esta llamada el encargo que le hizo el presidente del Gobierno, José María Aznar, en su carta, y que 'él intentó desviar hacia tres ministros'.

Rodrigo Rato aprovechó ayer la clausura de unas jornadas organizadas por el Partido Popular de Madrid para anunciar que acababa de llamar por teléfono a Cándido Méndez y a José María Fidalgo para ofrecerles una reunión. El ministro dijo que, tras esa llamada, confía en que el Gobierno y los sindicatos puedan mantener conversaciones 'a lo largo de las próximas semanas, antes y después de las vacaciones de verano', con el objetivo de que el 'diálogo social siga siendo un instrumento básico' para tratar 'cuestiones que afectan al interés general y a los trabajadores'.

Rato fue menos concreto en su conversación con los sindicalistas, según fuentes cercanas a ambos. Pero, según el ministro, Méndez y Fidalgo aceptaron hablar de lo que él les expone en su carta, 'y ellos podrán plantear lo que les parezca conveniente'.

Los sindicatos interpretan que Rato, con esta llamada, da marcha atrás en la intención que reflejaba su carta de desviar hacia los ministros de Trabajo, Hacienda y Administraciones Públicas cualquier conversación entre el Gobierno y las centrales.

'Rato asume el encargo de Aznar', interpretan las centrales, pues éste, en su carta, les anunciaba que el vicepresidente se pondría en contacto con Fidalgo y Méndez para 'entablar conversaciones' sobre las 'reformas pendientes' para 'lograr el pleno empleo'. La misiva del ministro de Economía, según las centrales, olvidaba esas 'reformas pendientes' para 'perderse' en una serie de mesas sectoriales y contactos institucionales que 'nada tienen que ver' ni con la negociación ni con el diálogo social.

Las centrales, en todo caso, ven con total escepticismo la llamada de Rato. Opinan que el vicepresidente -asesorado por uno de sus colaboradores de más confianza- es el 'autor intelectual' del decretazo, una reforma que las centrales rechazan porque, según mantienen, sólo recorta derechos laborales, no ayudará a crear empleo y generará inseguridad en las relaciones laborales. Y precisamente porque creen que Rato es el impulsor del decretazo, los sindicalistas querían comunicar personalmente al presidente Aznar los argumentos por los que ven que será 'muy perjudicial' para los ciudadanos.

Rato aseguró ayer que 'el Gobierno está interesado en medir si las medidas [del decretazo] son efectivas o no' y que, para ello, pretende evaluar periódicamente, y 'con datos objetivos', su impacto en el desempleo. Uno de sus colaboradores en el Partido Popular mantiene que será dentro de al menos seis meses cuando se verá quién, si sindicatos o Gobierno, tenía razón: 'Si se ha creado empleo, la reforma se demostrará oportuna, si no habrá que asumir que nos hemos equivocado', mantiene.

Pese a que Rato no concretó ayer ni una fecha ni un temario, los sindicalistas irán si son convocados para trasladarle los argumentos contra el decretazo que comunicarán la próxima semana a Jordi Pujol, José Luis Rodríguez Zapatero y Gaspar Llamazares y, tras el debate sobre el estado de la nación, a Javier Arenas. En todo caso, esperan que ese encuentro con el vicepresidente económico sea previo a cualquier reunión con los ministros.