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Aznar encarga a Rato, y éste a tres ministros, hablar con los sindicatos

Las centrales ven una 'burla' que Moncloa rehúya dialogar sobre el 'decretazo'

El presidente del Gobierno, José María Aznar, respondió ayer por escrito a la carta en la que UGT y CC OO le reclamaban 'un encuentro personal' para 'abordar y resolver' el decretazo por la vía de su 'retirada'. Aznar les comunica que será el vicepresidente Rodrigo Rato quien se ponga 'en contacto con ellos' para hablar de 'reformas pendientes'. Y Rato, también por carta, les informa de que serán convocados 'en breve' por tres ministros, sin mencionar el decretazo. Los sindicatos consideran una 'lamentable burla' que Aznar obvie que ha habido una huelga general en la que '10 millones de ciudadanos exigieron la retirada del decretazo'.

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Los secretarios generales de Comisiones Obreras y de UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, recibieron en la mañana de ayer dos cartas. En la primera, el presidente del Gobierno 'acusa recibo' de la misiva que le remitieron los sindicalistas el pasado viernes y les comunica que 'el vicepresidente segundo y ministro de Economía', Rodrigo Rato, 'se pondrá en contacto' con ellos para 'entablar conversaciones sobre las reformas pendientes' para 'lograr el pleno empleo'.

Poco después, Méndez y Fidalgo recibieron la segunda misiva, esta vez de Rato, quien les informó de que 'próximamente' el Gobierno 'abordará diversos asuntos que tendrán incidencia en el mundo laboral', por lo que 'sería muy conveniente' contar con una relación 'fluida' con los sindicatos. A renglón seguido, Rato les reclama que 'atiendan con interés las convocatorias' que, 'en breve', les harán llegar los ministros de Hacienda, Trabajo y Administraciones Públicas.

Los dirigentes sindicales ironizan que lo más probable es que ahora esos tres ministros les reclamen el 'máximo interés' para que se reúnan con quien el Gobierno decida: 'el último de la fila'. 'No estaría mal si fuese una película de los hermanos Marx, pero esto no es el Hotel de los líos', comentó Antonio Ferrer, secretario de Acción Sindical de UGT. 'Es una lamentable burla que Aznar deprecie así el diálogo social que le reclaman los 10 millones de personas que secundaron la huelga del 20 de junio', apostilló su homólogo de CC OO, Fernando Puig.

Trámite parlamentario

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Rodrigo Rato, en los pasillos del Congreso, replicó que él está 'a disposición de los sindicatos' y no 'rehúye' reunirse con ellos 'cuantas veces sea necesario y bueno para todos'. Pero advirtió de que en esa hipotética reunión no puede negociarse ya nada sobre el decretazo porque ese asunto está ahora en 'trámite parlamentario'. Lo 'legítimo', sugirió, es que las centrales transmitan sus inquietudes a los grupos.

Éste es el motivo por el que el temario que Rato comunicó ayer a los sindicatos nada tiene que ver con la reforma laboral que desató el 20-J. 'El Gobierno nos comunica un temario absurdo que trata de confundir obligaciones de negociación, consulta e información ya establecidas con un proceso de diálogo social actualmente inexistente', aseguraron las centrales.

Rato ofrece a Méndez y Fidalgo la siguiente negociación: Hacienda quiere 'exponer' a los sindicatos los Presupuestos de 2003, y hablar con ellos de la privatización de Trasmediterránea; Trabajo quiere 'tratar' la 'política de formación continua' y 'continuar' los trabajos de la mesa 'abierta' sobre riesgos laborales; y Administraciones Públicas ofrece negociar, 'como cada ejercicio', las 'condiciones salariales' de los empleados públicos. Todos estos asuntos, según los sindicatos, 'nada tienen que ver con reformas para conseguir el objetivo de pleno empleo que esgrime Aznar en su carta', cuando les dice que esa 'aspiración' será 'más fácil si restablecemos el diálogo social y realizamos las reformas imprescindibles para conseguirlo'.

Las centrales no descartan que el Gobierno prepare otras medidas similares al decretazo, pero subrayan que 'no hay una invitación a negociar nada de eso' en las cartas de Aznar y Rato. Ven en ambas 'una ciega soberbia' para actuar 'como si no se hubiera producido una huelga general en la que los trabajadores reclamaron la restitución de los derechos expropiados con el decretazo'. Y mientras 'el Gobierno no los restituya', los sindicatos anuncian 'conflicto'.

Un conflicto que se mantendrá, avisan, lo que queda de legislatura, y que puede 'contagiarse' a la negociación salarial en las empresas a partir del otoño. Por eso, los sindicatos UGT y CC OO pretenden sumar múltiples concentraciones de protesta ante las oficinas del Inem durante el debate del estado de la nación y preparan una gran manifestación en septiembre con la que iniciar un 'otoño que seguro será caliente'.

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