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SÓNAR 2002

Florida, el templo de la música 'tecno', se amplía con un portal comercial

Pilar Durán dirige la logística de los más de 500 productos que vende en la página

El templo de la música tecno no está en Madrid. No está en Barcelona. Está al pie de Los Monegros, en medio de la supuesta nada cultural o tecnológica de España. En el pueblo frutero de Fraga (Huesca) se levanta la discoteca Florida 135. El templo de la música tecno presenta hoy en Barcelona, coincidiendo con el festival Sónar, su nuevo portal. 'Está construido sobre dos ejes fundamentales: la información y el comercio', dice su director Juan Arnau, hijo de Pilar Durán, la jefa de logística, que acaba de cumplir 75 años (en la foto).

El marido de Pilar, de 76 años, es el primer fan de la música electrónica de esta discoteca fundada en 1942. 'En el bloque de contenidos hay secciones dedicadas a la música, los pinchadiscos y la revista Florida Dance Magazine, que se edita sólo en formato electrónico. La tienda deberá proporcionar el sustento económico de todo el portal', dice Arnau, tercera generación de la familia fundadora.

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De Antonio Machín a Jeff Mills. La discoteca Florida 135 abrió sus puertas en Fraga, Huesca, en 1942. La familia Arnau, propietaria del negocio, ha sabido adaptarse a los tiempos. Hoy, muchos especialistas consideran que su local es el 'templo del tecno' en España.

'Todos los sábados, entre 2.000 y 3.000 personas, dependiendo de la fecha y la popularidad del pinchadiscos, acuden a la discoteca', dice Juan Arnau, de 45 años, responsable de Florida 135 y nieto del fundador. Estrellas de la música tecno, como Jeff Mills, Carl Cox y Sven Vath, hacen que se cuelgue el cartel de completo.

En Internet, la página de la discoteca se puede visitar desde 1995. 'Teníamos claro, desde el primer día que se puso en funcionamiento la web, que Internet era un magnífico canal de comunicación entre Florida 135 y nuestra comunidad'. La página recibe más de 10.000 visitas por semana.

En la tienda, ofrecen más de 500 productos. La inversión supera los 360.000 euros. Arnau cree que 'la intuición y la ilusión siempre deben ir por delante de los análisis de mercadotecnia. Es posible que, en este momento, la puesta en marcha del portal pueda ser discutible desde el punto de vista de la economía 'académica', pero también es cierto que no existe ningún libro ni manual de comercio que sea más útil que la intuición, la experiencia y el olfato del empresario'.

Un negocio familiar

Aunque la tienda está orientada a un público joven, 'los contenidos se dirigen a públicos de cualquier edad que tengan interés por la cultura contemporánea y las vanguardias musicales. No hay que dejarse influir por los estereotipos. Mi padre tiene 76 años y es un gran apasionado de la música electrónica'.

Un total de 13 personas gestionan el portal desde Barcelona. La logística, en Fraga (Huesca). Pilar Durán, de 75 años, madre de Juan Arnau, es la responsable de hacer llegar los pedidos de la tienda virtual.

'Mi madre ha llevado la tienda de Florida 135 desde que se creó en 1985. Siempre la ha administrado y organizado con mucho éxito, siguiendo su forma de trabajar totalmente intuitiva y natural'.

En la empresa colaboran tres generaciones Arnau. 'Para nosotros es muy importante mantener la independencia. Nuestro objetivo es conseguir que el aspecto virtual del negocio y la logística real funcionen organizada y armónicamente', dice Arnau.

Junto con sus dos colaboradoras, Pilar Durán ya ha preparado el almacén para servir con rapidez los pedidos. Sin necesidad de utilizar el ordenador, sabe dónde está situado cada uno de los productos y el número de unidades que hay en el almacén. Al principio, no era partidaria de que algunas cosas se vendieran exclusivamente a través de Internet.

Arnau explica que 'para fidelizar a nuestra comunidad, ofrecemos algunos productos en la tienda virtual que no se podrán conseguir en otro sitio'. Su madre ya comparte la decisión estratégica, pero antes se ha asegurado de que en la tienda de la discoteca no se quedarán sin novedades.

Pilar cree que, desde que en la discoteca se escucha música tecno, 'la gente es más educada. Por ejemplo, si en la tienda a alguien le falta un euro, se lo da otra persona que está al lado. Y ni siquiera se conocen'. Para Juan Arnau, la anécdota que cuenta su madre 'es la metáfora perfecta que explica el sentimiento de comunidad, de pertenencia a un movimiento a partir de una afinidad de gustos y objetivos. Hoy te presto un euro que te falta para un disco de Jeff Mills y otro día que me encuentres bailando en el club tal vez me prestarás un euro para una cerveza'.

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