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El mejor pleno del año

4.000 personas visitan la Asamblea en la primera de dos jornadas de puertas abiertas

Miguel Ángel Villanueva, portavoz del PP en la Asamblea, no puede evitar una sonrisa. Traga saliva y mira al pequeño. El niño le ha preguntado: '¿Es aquí donde han hecho lo de la reforma laboral?'. Villanueva le dice que no, que esas leyes se hacen en el Congreso de los Diputados, 'donde está el señor Aznar y el señor Zapatero'. Pero que aquí se va a tratar también este tema. Y el chaval, serio, le tranquiliza: 'Muy bien'. Los niños llenaron ayer el salón de plenos de la Cámara madrileña en la primera de dos jornadas de puertas abiertas, a la que acudieron 4.000 personas: gritaron ante las cámaras, ocuparon, y felices, los escaños de los diputados, hablaron, discutieron y rieron.

Un grupo de serios colegiales, cuando se les pregunta si saben lo que se hace aquí, contestan: 'Las leyes para los madrileños'. Muy bien. Pero algo más concreto. A ver, ¿qué se ha hecho últimamente? Y todos, a la vez, gritan: '¡La ley del botellón!'. Los niños no se cortan. Así que cuando se les pregunta si les gustaría ser políticos, uno no lo duda: 'Es que hay que tener mucha desfachatez. Es como ser cantante. Hay que nacer para ello'.

Esta vez Jesús Pedroche, el presidente de la Cámara, del PP, espera que no ocurra como en 2001, que muchos visitantes tuvieron que volver para recoger el regalo. Se agotó. Entonces esperaban a 5.000 personas y acudieron 13.000. En esta ocasión, por si acaso, han encargado 15.000 recuerdos. Hoy es la segunda jornada de puertas abiertas de la Asamblea (plaza de la Asamblea, a la altura del número 140 de la avenida de Pablo Neruda), con horario de 10.00 a 19.00.

Francisco fue ayer el primero en llegar. El primero en saludar a Pedroche. Está jubilado. Es de Vallecas. A las siete de la mañana estaba como un clavo ante la puerta. Ha esperado tres horas. Y ahora se lo cuenta al presidente. Le dice que está muy contento de tener aquí la Asamblea. Aquí, 'donde antes había unas chabolas que no se puede usted imaginar'.

La gente hace cola durante horas, espera paciente y contenta. Entra y pregunta. A cada uno lo suyo. A Pedro Sabando, portavoz del PSOE y reumatólogo notable, le preguntan por la sanidad. Y un maestro ha venido a mostrarle su preocupación por la enseñanza. Un visitante se ha acercado a Ángel Pérez, portavoz de IU, para pedirle que le explique -nómina en mano- por qué le han descontado este mes una cierta cantidad. 'Creen que los políticos lo sabemos todo. Y que todo lo resolvemos', dice Pérez. Por eso él está convencido de que no basta con un día de puertas abiertas.

Julio tiene 75 años. Está sentado en el sillón del presidente de la Cámara. Desde allí, balanceándose, contempla el guirigay de niños y mayores disputándose los escaños, enderezando los micrófonos. Tan serios, algunos, como diputados en el pleno.

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-¿Sabe usted dónde está sentado?

-Ni idea. Pero deber de ser alguien importante, porque es el más alto.

-Es el sillón del presidente.

-Ah, muy bien.

Julio sigue todos los sábados, por Telemadrid, lo que ocurre en la Asamblea. 'Todos los sábados veo yo a esa señorita', cuenta señalando a la redactora del canal autonómico. Y Julio, feliz, se vuelve hacia los escaños y preside de nuevo la mejor sesión del Parlamento.

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