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Reportaje:

Los altivos aceituneros de Morata

Los 5.000 habitantes de la localidad celebran su Fiesta del Aceite y exigen disfrutar de los beneficios económicos de su producción

Los escritos medievales ya daban cuenta de la importancia del aceite de oliva. Servía como alimento, como medicina, para la higiene y la belleza. No sólo para eso: cuentan algunos de estos escritos que la primera cosecha se ofrecía a los dioses, y que la unción de los reyes se hacía también con aceite de oliva. Ayer, Morata de Tajuña revivió lo que esta localidad le debe al aceite en lo tocante a la salud y al buen llantar. El pueblo entero, prácticamente sus 5.000 habitantes, se echó a la calle para rendir homenaje a su árbol más preciado, el olivo, y al fruto de éste -que durante tantos años ha significado la principal fuente de ingresos del municipio- en la III edición de la Fiesta del Olivar y el Aceite.

Fue una celebración compartida con la romería en honor de San Isidro. Como nexo de unión sirvió una paella que disfrutaron más de 3.000 personas. Para esta ocasión, la organización abandonó el lugar elegido en las otras dos anteriores ediciones, la plaza de la Constitución, y los tenderetes se trasladaron hasta el paraje denominado El Bosque, en el interior del parque municipal Félix Rodríguez de la Fuente.

El personal agradeció poder comer entre pinos y a la sombrita, en lugar de saborear el aceite de cornicabra y el arroz con pollo, gambas y langostinos, bajo la sofoquina de la primavera, al sol de la plaza del pueblo. La fiesta contó con la presencia de un autobús del Consejo Oléico Español, que repartía a diestro y siniestro panfletos que explicaban los beneficios del aceite de oliva en el cuerpo humano: mejora la circulación, previene las enfermedades cardiovasulares y ayuda a mantener a raya los triglicéridos.

Constante en la historia

Olivos y aceite son una presencia constante en la historia de Morata de Tajuña, una localidad situada a 28 kilómetros de Madrid. De las 1.600 hectáreas de olivar que rodean Morata, se extrae cada año el 25% del total de las aceitunas que produce la Comunidad de Madrid. Y bien lo saben las 700 familias de esta localidad que poseen algún olivar.

En los archivos municipales del pueblo existen documentos en los que ya se reseña el aceite de Morata, allá en el siglo XVI.Con esta tradición a cuestas, ayer en el bosque de Félix Rodríguez de la Fuente se repartía queso en aceite, cogollos de lechuga en aceite, tomate en aceite y pan con aceite. Como en años anteriores, la organización distribuyó entre el gentío asistente 15.000 minibotellas de la última producción, 100% procedente de aceituna cornicabra y con una acidez de 0,3 grados, que, según los entendidos, equivale a aceite de oliva virgen extra.

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Los agricultores de Morata de Tajuña y la alcaldesa del pueblo, Concepción Loriente (PSOE), saben que poseen en su terreno una mina de oro cuya fama cruza el Mediterráneo. Y afirman que son ellos los que tienen que beneficiarse económicamente del jugo que procede de las 1.600 hectáreas de olivar que rodean Morata. En cualquier caso, los datos que reseñan la última producción del olivar de Morata de Tajuña no son los mejores. Los hielos han provocado la caída de muchas aceitunas de los olivos. El hielo también ha sido el causante de que el aceite de este año sea más ácido de lo normal, por lo que ha tenido que ser refinado en dos ocasiones.

Aun así, se han recogido cerca de tres toneladas de aceitunas, que se convertirán en aproximadamente un millón de litros de aceite. 'Producción suficiente como para que el dinero que generan los olivos de Morata se quede donde nace', explica la alcaldesa de la localidad. El Consistorio de Morata registró hace tres años la marca Orollano como el único aceite morateño, extraído completamente de aceitunas del tipo cornicabra.

También estuvo presente en la fiesta de ayer el director general de Agricultura y Alimentación de la Comunidad de Madrid, Juan José de Gracia, que, al igual que en años anteriores, animó a los agricultores y al Ayuntamiento a llevar a buen puerto la idea de montar una almazara propia (lugar donde se exprime la aceituna) anunciada por la alcaldesa. La Comunidad de Madrid está dispuesta a ofrecer hasta el 40% de lo que cueste esta infraestructura a través de las ayudas que el Gobierno regional dispone para los pueblos de menos de 10.000 habitantes.

Los organizadores confían en que esta tercera edición sirva para consolidar la Fiesta del Olivar y el Aceite de Morata. El año que viene formará parte del registro oficial de fiestas de la Comunidad de Madrid. También contarán el año próximo con la participación de Aracove, una mancomunidad de servicios agrícolas y ganaderos de Aranjuez y la comarca de las Vegas.

La fiesta del aceite en Morata de Tajuña sirvió asimismo para que algunos agricultores reconocieran que la agricultura madrileña no pasa por sus mejores momentos. Y esto se debe, principalmente, a dos factores: el envejecimiento de los labradores y la resistencia de sus hijos a seguir con el mismo trabajo, por un lado, y la presión urbanística que se ejerce sobre el campo, por otro.

'O se arregla esto o en tres años estamos acabados', se lamentaba Faustino López, uno de los agricultores del pueblo. López resumió en una frase el actual estado de la agricultura en la Comunidad de Madrid: 'Es muy fácil ganar dinero vendiendo los campos y muy fácil perderlo cultivándolos'.

El reto de una almazara propia

La alcaldesa de Morata, Concepción Loriente (PSOE), no está dispuesta a que su municipio, que produce el 25% del total de las aceitunas de la región, siga sin tener una almazara gestionada por los agricultores del pueblo. Por eso, ayer lanzó un órdago a la grande: 'Morata, dentro de dos años, tendrá su propia almazara, en la que participarán los agricultores que quieran'. Y está dispuesta a ello a pesar de que los agricultores no quieran cuentas unos con otros. 'Si los agricultores no se terminan de decidir para formar una cooperativa, la almazara será construida igualmente y será gestionada por una empresa pública, entre los que quieran y el Ayuntamiento', dijo Loriente. La alcaldesa critica que el aceite que se exprime de las aceitunas de Morata es refinado, mezclado y vendido por empresas italianas, que 'no son morateñas' y que lo introducen en el mercado 'con un precio de venta hasta cuatro veces superior'. 'Y ese dinero se puede quedar en Morata', se queja. El Gobierno regional ya ha ofrecido a los agricultores de Morata financiar hasta el 40% del coste de la almazara, a través de las ayudas europeas que la Administración regional dispone para los pueblos de menos de 10.000 habitantes.

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