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Reportaje:

Violencia adolescente en Francia

Dos chicas de clase media secuestran y torturan a una compañera

¿Qué puede llevar a dos chicas de 13 y 14 años a martirizar a otra adolescente y a encerrarla en la bodega de una casa abandonada tras cortarle las venas? Esto es lo que presuntamente hicieron dos muchachas que han sido encarceladas por intento de homicidio, torturas y secuestro. La víctima había perdido dos litros de sangre cuando fue encontrada por un vecino, y actualmente sigue hospitalizada, pero ya ha podido contar lo sucedido a su padre y a la policía.

El drama se desarrolló el sábado pasado en un pueblo de la periferia de Besançon, a 400 kilómetros de París, pero no trascendió hasta ayer, explicado por el propio fiscal del caso. La agredida y las agresoras, todas de familias de clase media y sin especial historia, se conocían, e incluso las dos mayores iban juntas al mismo colegio. Tras comer en casa de una de ellas, las tres se metieron en un edificio abandonado provistas de varias cervezas. En un momento determinado, una de las chicas, de 14 años, golpeó a la de su misma edad con una botella. A continuación, aquélla extrajo un cuchillo de su bolso, le laceró el cuerpo y el rostro y le cortó las venas de las muñecas.

Una de las agresoras aludió a la película 'Scream' para explicar su comportamiento a los investigadores

Con ayuda de la más pequeña, la que llevaba la iniciativa arrojó a la herida a la bodega de la casa y, después de trabar la puerta para asegurarse de que no podría escaparse, ambas abandonaron el lugar. Se sospecha que pretendían volver para incendiarlo, porque consta que acudieron a una estación de servicio con la pretensión de llenar un bidón de combustible, pero el empleado no quiso atenderlas y el plan se frustró.

Una de las chicas regresó más tarde a la casa con un amigo y éste salió corriendo, horrorizado de la escena, dejándose la puerta abierta. Por allí logró salir la secuestrada, que fue hallada por un vecino. Los gendarmes que intervinieron han encontrado rastros de sangre en la bodega, las escaleras, la planta baja y el jardín que la agredida cruzó hasta alcanzar la calle.

¿Por qué esta irracionalidad? Para establecer una primera explicación, los investigadores se basan en que una de las dos agresoras ha aludido a la película Scream, un filme de terror estadounidense en el que un asesino en serie va eliminando a sus víctimas de manera extremadamente violenta, y cuyo éxito entre los amantes del género provocó dos secuelas, a cual peor.

Jean-François Porietti, el fiscal del caso, cree que ese tipo de filmes sólo sirven para descerebrar a los adolescentes. La tesis no es del todo convincente, y el representante de la ley evoca otras hipótesis. Una, francamente truculenta: una de las agresoras habría participado en la profanación de un cementerio para practicar ritos satánicos cuando tenía once años. La otra evoca la eventualidad de que todo se haya debido a un ataque de celos.

La violencia juvenil es una obsesión de la Francia actual. El presidente de la República, Jacques Chirac, ha prometido multiplicar los centros de detención de menores, si es reelegido, y el candidato socialista, Lionel Jospin, se ha visto obligado a acentuar su discurso en ese mismo sentido. El problema no se limita a los guetos donde se hacinan poblaciones marginadas, sino a la proliferación de quemas de coches -varios millares al año-, apedreamientos de trenes y peleas de todo tipo. La última: un hombre de 38 años fue apaleado hasta morir en Evreux, a 100 kilómetros de París, en la calle y a plena luz del día, por unos jóvenes a los que había pedido cuentas de las extorsiones a las que sometían a su hija, el pasado día 8.

¿Qué mecanismos desencadenan esta violencia? Le Monde publicaba recientemente un estudio del Observatorio Europeo de la Violencia Escolar que constata 'un acoso continuo, una acumulación de pequeñas violencias', hechos que permiten a los jóvenes de ciertos barrios reforzar su poder sobre otros. Pero el director del estudio, Eric Debarbieux, no cree que la actual histeria colectiva sobre la violencia conduzca a algo positivo. 'Lo más importante es volver a ocupar el espacio público', argumenta, y para ello propone multiplicar el número de educadores dedicados a proteger a la juventud e implicar a los habitantes de los barrios en la 'guarda' de los espacios públicos.

Una escena de la película <i>Scream,</i> dirigida por Wes Craven.
Una escena de la película Scream, dirigida por Wes Craven.EPA

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