_
_
_
_
_
OFERTAS DE EMPLEO

La crisis provoca un nuevo éxodo argentino

Una consultora de selección pone en marcha un programa para enviar profesionales cualificados a España e Italia

Amaya Iríbar

Marisa Sposato lleva un mes en Madrid. A sus 39 años, dos títulos universitarios, seis meses en paro y unos 170 curriculos enviados, ha decidido dejar Argentina. Es sólo un ejemplo de la inmigración cualificada que ha impulsado la última crisis en ese país. Una consultora argentina ha puesto en marcha un programa específico para enviar profesionales a España e Italia.

En la base de datos de la consultora GM hay 5.500 candidatos argentinos, el 60% de los cuales tiene pasaporte europeo

El año pasado salieron de Argentina con un visado para establecerse en España 3.545 ciudadanos. El año anterior lo habían hecho 1.945. Para hacerse una idea de la magnitud de este nuevo éxodo argentino, a esos números hay que añadir los ciudadanos que han venido a España en los últimos tres meses, pues la crisis se agudizó en diciembre; los que llegaron como turistas para quedarse -los argentinos no necesitan visado para visitar España- y los muchos que tienen pasaporte europeo porque sus familiares emigraron desde Italia o España y, por lo tanto, no necesitan visado para trabajar.

El número total de los que han llegado en los últimos meses es imposible de estimar, si bien todas las fuentes consultadas aseguran que éste se ha incrementado sensiblemente desde octubre. Y lo ha hecho con cuatro destinos fundamentales en España: Mallorca, Cataluña, Galicia y Madrid.

A esta ciudad llegó el 4 de febrero Marisa Sposato, de padres italianos y con pasaporte de ese país desde 1989, quien decidió abandonar Buenos Aires porque ya no encontraba trabajo como programadora informática. Su último empleo fue en Telecom Argentina. 'Todos los viernes sacaban [despedían] a alguno', recuerda. Y un día le tocó a ella.

'La decisión de emigrar no se toma de golpe', asegura. A ella le ayudaron seis meses de paro y el miedo a que su marido perdiera su trabajo como agrimensor. 'El problema no es sólo el presente, sino que ves el futuro muy negro', explica, más aún cuando desde diciembre el dinero de esta familia quedó atrapado en el corralito impuesto por el Gobierno argentino para evitar la fuga de capitales.

Esta mujer, que se casó en diciembre y cuyo marido, padres y hermana, están aún en Argentina, ha tenido suerte. Especializada en un lengüaje de programación poco extendido en España, su proceso de colocación fue 'bastante sencillo', explica Margarita García de la Calle, consejera delegada de la consultora española Ábaco Siglo XXI, especializada en el sector informático y que puso en contacto a Sposato con una empresa madrileña.

Después de realizar una entrevista telefónica y otra por vídeo-conferencia, Marisa Sposato viajó a España en diciembre con su marido para ver cómo era el país. Cuando volvió a Argentina, para pasar el fin de año con su familia, sólo tenía un mensaje en el móvil, a pesar de las decenas de curricula que había enviado. Era de la empresa española para la que hoy trabaja con un contrato indefinido y en un puesto relacionado con la especialidad para la que estudió durante cinco años en Argentina. Su pasaporte italiano ayudó a agilizar todo este proceso.

Su marido vendría mañana a Madrid si encontrara trabajo, asegura Sposato. El deseo de abandonar el país latinoamericano de muchos profesionales cualificados, incluso directivos, se puede adivinar echando un vistazo al correo electrónico de cualquier empresa española especializada en selección de personal o de las asociaciones de argentinos. 'Cada día recibo entre tres y cuatro correos dramáticos', reconoce un cazatalentos.

En la base de datos de la consultora especializada en recursos humanos y empleo temporal GM, con sede en la ciudad argentina de Córdoba y un acuerdo de colaboración con la española Ábaco, hay 5.500 de estos profesionales dispuestos a emigrar, el 60% de los cuales tiene pasaporte comunitario. La crisis ha afectado a la clase media y media-alta.

Son en su mayoría empleados del sector informático, ingenieros y otros especialistas de la industria, así como como trabajadores cualificados del sector turístico y hotelero, sobre todo. Según el estudio del mercado laboral español que hizo esta consultora, son los sectores donde existe un déficit de trabajadores preparados. Son miembros de la clase media argentina que están dispuestos a trasladarse a otro país para huir de la crisis. Otra cosa es que lo consigan.

Un contrato en la maleta

GM empezó en septiembre del año pasado dos proyectos para ayudar a emigrar a sus compatriotas a España o Italia con un contrato de trabajo en la maleta. La consultora argentina se encarga del reclutamiento de los candidatos, de la comprobación de sus antecedentes laborales y de la elaboración de su perfil profesional, así como de las entrevistas necesarias.

A través del proyecto España sólo han llegado dos profesionales informáticos a Madrid, si bien alrededor de otros 60 están inmersos en procesos de selección. Todos deben tener sus papeles en regla y estar dispuestos a pagar los gastos de viaje. Como las empresas saben la situación que atraviesa Argentina, aprovechan la situación para ahorrarse estos gastos, asegura el portavoz de esta consultora.

El principal problema es que el mercado español no tiene capacidad para absorber a todos los que quieren venir. Muchas empresas han paralizado sus proyectos de contratación en los últimos meses, si es que no han despedido trabajadores. 'La posibilidad de colocar ahora a estos profesionales es cero', dice un cazatalentos y le da la razón Alejandro García Fuster, de la Asociación Hispano Argentina de Galicia, analista de sistemas con 11 años en España y en paro: 'intentamos desanimarles porque desde Argentina las cosas se ven muy bonitas, pero aquí no hay muchas salidas para los trabajadores cualificados'.

Emigrantes de clase media

Muchos de los nuevos emigrantes argentinos formaban parte de la clase media de ese país. Tienen títulos universitarios que son reconocidos sin problemas por las empresas españolas, lo que no ocurre con los de universidades de otros países de América Latina, y se adaptan con facilidad a la vida en España, asegura Margarita García de la Calle, consejera delegada de la empresa de selección Ábaco. El problema es que en muchos casos se ven obligados a trabajar en puestos de menor cualificación, explica Alejandro García, de la Asociación Hispano Argentina de Galicia. A pesar de ello, esta emigración es muy diferente a la que se vieron obligados sus padres y abuelos cuando hicieron el camino contrario. También las distancias son más cortas. Marisa Sposato, que lleva algo más de un mes en Madrid, habla con frecuencia con su marido y se ha enganchado al correo electrónico para salvar las distancias.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_