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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una cumbre con llave francesa

Soledad Gallego-Díaz

La pelea para fijar una fecha y lograr abrir los mercados de la energía , aunque sea parcialmente, y las líneas generales de las reformas del mercado laboral, que pretenden alentar algunos gobiernos de la UE, entre ellos el de José María Aznar, marcarán el éxito o fracaso de la cumbre comunitaria que se inaugura este viernes, día 15, en Barcelona.

Según el ministro de Economía, Rodrigo Rato, ya existe un acuerdo para que en Barcelona se fije la fecha, 'relativamente próxima', en que Francia aceptará que el 60% del mercado eléctrico, el que afecta a las empresas, se privatice y abra a la competencia.

Según la propia página web de la presidencia española de la UE, la reunión de ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) de la semana pasada sólo 'trasladó a los líderes de la UE las decisiones clave sobre la apertura de la industria de la energía'. La duda sobre la actitud final de un presidente de Francia, Jacques Chirac, y de un primer ministro, Lionel Jospin, enfrentados pocas semanas después como candidatos a la jefatura de la República, sigue planeando como una sombra.

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La reunión de Barcelona será la piedra más importante de la presidencia española. Desde el primer momento se supo que la agenda estaría dedicada a cuestiones económicas mucho más que a discusiones de índole estrictamente política o de funcionamiento de las instituciones de la UE. Los expertos creen que en la UE existe una recuperación económica incipiente, aunque no se atreven a predecir su calendario ni su fortaleza. La discusión estriba en qué políticas se pueden poner en marcha para alentar ese crecimiento. Blair, Berlusconi y Aznar defienden amplias políticas liberales de desregularización de los mercados, mientras que en otros países europeos creen que no son necesarios movimientos tan radicales.

Lo único que podría alterar la agenda sería un giro en la dramática situación de Oriente Próximo. Nadie es capaz de predecir qué nuevas y sanguinarias acciones se le pueden ocurrir en los próximos días al brutal primer ministro israelí, Ariel Sharon, ni cuál puede ser la reacción palestina. La semana pasada un misil dirigido contra la oficina de Arafat estuvo a punto de acabar con la vida del dirigente árabe y del representante de la UE para Oriente Próximo, el español Miguel Ángel Moratinos, en un evidente fallo de puntería o de inteligencia del ejército hebreo.

Los documentos oficiales de la cumbre europea, los que fijan los 'asuntos clave', hablan de cinco puntos prioritarios para Barcelona: 'a) interconexión y apertura de las redes europeas de transporte; b) liberalización e interconexión de los mercados de electricidad y gas; c) integración de los mercados financieros para convertir a Europa en una verdadera potencia financiera; d) desarrollo de un mercado de trabajo más flexible, capaz de crear más empleos, y e) consecución de mejoras en la educación y formación de los estudiantes y trabajadores europeos, así como el incremento de las posibilidades de su movilidad'.

No se tratará, pues, de una cumbre sobre cuestiones técnicas, sino sobre capítulos que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos. Las propuestas para 'mejorar la eficiencia del mercado laboral', por ejemplo, incluyen mecanismos para lograr que los trabajadores acepten cambiar de lugar de residencia detrás de los focos de empleo, así como desanimar las jubilaciones anticipadas y retrasar siempre que se pueda el retiro laboral.

La jubilación de los españoles

Según los últimos datos de la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat, la edad media de jubilación en la UE está situada en los 60 años para los hombres. En el caso español, sin embargo, los hombres trabajan ya hoy día por encima de esa media, hasta los 62 años, aproximadamente, es decir más años que en Alemania, Francia, Italia u Holanda y menos que en Suecia, Reino Unido, Portugal o Irlanda.

En el caso de las mujeres, pocas españolas por encima de los 56 años están trabajando, pero es que en España hay pocas mujeres trabajando a cualquier edad.

Según las advertencias de la UE, la diferencia entre las tasas de participación de hombres y mujeres en España es, como media, de 26,4 puntos porcentuales y supera los 30 en los grupos de edad 35-39 y 40-44 años. Así que parece que más que retrasar su edad de jubilación, en el caso de las españolas, lo que la UE estudia es cómo lograr simplemente que encuentren un trabajo. Y a ser posible, un trabajo que sea compatible con la decisión de tener hijos, dadas las bajas tasas de natalidad que presenta España y que también han alarmado a la UE.

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