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Reportaje:

Historia de una tienda sin Ley

La realidad del día a día de un comercio virtual española choca con la regulación que quiere imponer el Gobierno

Patricia Fernández de Lis

El pasado día 8, el Consejo de Ministros aprobaba la LSSI-CE (Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio Electrónico). Según la ministra de Ciencia y Tecnología, Anna Birulés, la ley introduce 'un marco estable para la seguridad de aquellos que ofrecen servicios en la Red'. Se trata de animar el paupérrimo panorama del comercio electrónico español, que está a la cola de Europa en ventas por habitante. Pero el día a día de una tienda española virtual, DVDgo.com, demuestra que la ley no resuelve sus problemas e introduce otros nuevos. 'No puedes legislar sólo porque haya un canal que no comprendes', dice su fundador.

'La creación de la empresa es igual de pesada que la de cualquier 'pyme', con el añadido de que tu actividad no encaja'
'El problema de la inseguridad en la Red', concluye Berrocal, 'no se ataca obligándonos a poner el Aranzadi en la web'
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Tiene una oficina en el norte de Madrid, paga sus impuestos y los sueldos a sus 12 empleados, y ha registrado su marca y su logotipo. Tiene las obligaciones y problemas de cualquier pyme española. Pero vende por Internet, así que, además, debe lidiar con comisiones bancarias que doblan a las de cualquier tienda real ('es un medio inseguro', dicen los bancos), tiene que luchar con las estructuras comerciales tradicionales si quiere vender en el terreno de otro distribuidor, y debe explicar a funcionarios y proveedores que quieren visitar su tienda que ésta es virtual. Hay problemas, tantos, que una ley que favorezca el conocimiento y el desarrollo del comercio electrónico sería una bendición para él y para las pyme españolas que intentan salir adelante en este sector. Ésta es la historia de Eduardo, emprendedor de 35 años, que facturó 2,15 millones de euros en 2001 con su tienda virtual, y también es la historia de la LSSI, la ley de comercio electrónico del Gobierno de Aznar que pretende facilitar el desarrollo de su negocio. Se trata de saber si los caminos de ambas se cruzan en algún punto.

Eduardo Berrocal dejó su trabajo en Andersen Consulting en la primavera de 1999 para montar una tienda de ventas de DVD en Internet. 'Crear una empresa siempre es complicado', recuerda, 'pero en el mundo real, al menos, sabes dónde ir. Internet introduce una dificultad más. Todo son dudas'. El alta en el impuesto de actividades económicas (IAE) planteó el primer problema: ¿qué tipo de negocio es Internet? 'Había varios epígrafes que parecían encajar', explica Berrocal, 'así que me apunté a dos o tres'. El registro de la marca de su tienda virtual, DVDgo, en la Oficina de Patentes y Marcas, suscitó el mismo problema: no había ninguna categoría de Internet. 'Volví a apuntarme a varios apartados', recuerda.

Para funcionar en Internet, una tienda necesita también una dirección web o nombre de dominio, formado por el nombre de la empresa y un sufijo territorial (como en elpais.es). El dominio más común en Internet es el .com, que es global, se registra en el momento y por la Red y no precisa de ningún requisito más que pagar unos 30 dólares. Berrocal tuvo su DVDgo.com al instante. Pero para conseguir un dominio .es, que gestiona el Gobierno, hay que tener primero una marca. En el caso de Eduardo, el trámite del registro de la marca costó un año y medio y, a pesar de poder justificar la petición del registro, tardó un año y medio en conseguir su .es.

Berrocal no consiguió tampoco subvenciones para comprar equipos informáticos, en los que gastó seis o siete millones de pesetas. Los planes de investigación Profit están pensados para fomentar la innovación en su desarrollo, no en su uso. 'La parte administrativa de creación de la empresa es igual de pesada que la de cualquier pyme', resume Berrocal, 'con el añadido de que tu actividad no encaja en ningún lado'.

Día a día, DVDgo fue caminando. Facturó el primer año nueve millones de pesetas; 174 millones el segundo; 358 el tercero. Los problemas de trabajar en un mundo alegal se multiplicaron. Una venta en un comercio real funciona, habitualmente, con ticket de compra, y sólo se emiten facturas cuando el usuario las solicita. En el mundo virtual no existen los ticket, así que hay que generar una factura por cada pedido. También han tenido algún problema con las promociones. Cuando los comercios realizan ofertas en los folletos que, por ejemplo, reparten por los buzones, deben especificar el tiempo que dura esa oferta. La Administración exige a las tiendas virtuales que hagan lo mismo en su web. 'He tenido que explicar que mi página no es mi vehículo de promoción, es mi tienda. El super de la esquina no tiene que poner la duración de la oferta en la lata de tomate', dice Berrocal.

'No tienes costes'

Este problema enlaza con una cuestión que Berrocal, ahora presidente de la asociación de comercios virtuales Atiendes, cree que es sensación general. 'Los clientes, los proveedores, la Administración... Creen que Internet es un escaparate, pero es nuestro centro comercial'. Berrocal ha escuchado muchas veces eso de 'si no tienes tienda, no tienes costes'. 'Tenemos empleados, oficinas, almacenes, papeles, seguros... Y una indefensión jurídica total'. La ley protege a los comercios reales de los clientes que no se hacen cargo del pago con tarjeta porque firman un papel. El concepto de repudio en Internet está en el aire. Algunos bancos aprovechan esta 'inseguridad' para cobrar comisiones del 6% por terminales de pago que en el mundo real cuestan un 3%.

En este contexto, las pyme.com querrían 'una ley que asegure un mecanismo de compra seguro en Internet, para nosotros y para el usuario'. Y ahí surge la LSSI. Según la ministra Birulés, se trata de 'un marco estable para garantizar la seguridad jurídica de aquellos que ofrecen servicios en la Red'. ¿Ayuda la LSSI a mejorar la vida de DVDgo? El empresario analiza punto por punto. La ley exige a las compañías que incluyan todos sus datos en su web ('DVDgo los tiene'). La ley impide el envío de comunicaciones comerciales sin el expreso consentimiento del usuario ('no sé, si el usuario me da su correo, ¿es eso un consentimiento expreso?'). La tienda debe incluir las condiciones de contratación antes de hacer una compra ('¿te las da un super antes de entrar?' ). Se da validez al contrato electrónico ('ya la tenía'). Conclusión: 'Nos afecta poco, y para lo que nos afecta, mejor que no nos afectara. Respecto a los problemas, el spam [correo electrónico no deseado] no se solucionará porque no incluye la mayoría del que se recibe, que viene fuera de España'.

Berrocal reconoce que hay un problema de inseguridad en las compras por Internet, 'pero también en las ventas'. La banca y las compañías tecnológicas llevan años sin ponerse de acuerdo en un estándar de tecnología segura en la Red, mientras la ley de firma electrónica, que fue aprobada hace dos años y podría solucionar el problema del repudio, está siendo modificada por el Gobierno. 'El problema de la inseguridad', concluye Berrocal 'no se ataca obligándonos a poner el Aranzadi en la web, no puedes legislar por el mero hecho de que tengas un nuevo canal que no comprendes. Pero no queremos estar al margen de la ley', explica. 'Sólo jugar con las mismas reglas'. Berrocal cree que DVDgo y la LSSI seguirán caminos separados.

Algunos bancos cobran comisiones del 6% por terminales de pago que en el mundo real cuestan un 3%.
Algunos bancos cobran comisiones del 6% por terminales de pago que en el mundo real cuestan un 3%.AP

La 'autoridad competente' de Aznar.net

La polémica más importante que ha suscitado la LSSI es la introducción del concepto de 'autoridad competente', judicial o administrativa, que tiene la potestad de cerrar cautelarmente una web. Teniendo en cuenta que un juez ya puede hacerlo, los internautas temen -y algunos juristas confir-man- que este ambiguo concepto deje abierta una vía para la intervención administrativa en páginas que no sean de su agrado. Las miradas se vuelven a páginas como la de Aznar.net (www.aznar.net), que lleva casi cuatro años gastando bromas sobre la figura del presidente, en particular, y del PP, en general. 'Siempre sin caer en el insulto', aclara su dueño, que permanece en el anonimato. La página, que recibe decenas de miles de visitas a la semana, ha sufrido varias amenazas de querellas, según su dueño, y ha cambiado su alojamiento en varias ocasiones a distintos servidores [equipos] en España y Estados Unidos. Aznar.net baraja ahora volver a cambiar su hogar 'a un país europeo como Francia, donde no podrían cerrarnos, para mayor escarnio del Gobierno'.

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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