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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El espacio y la existencia

Los seres humanos experimentamos vivencias existenciales. Somos conscientes de que existimos, pero esa existencia no es etérea ni eterna, sino que estamos sujetos al espacio durante un periodo determinado de tiempo. No es, por tanto, extraño que el espacio, uno de los dos a priori del conocimiento, se convierta en materia y en tema de las artes. Pero el espacio es a la vez una abstracción matemática o filosófica y un lugar físico condicionado por sus dimensiones, sus usos y sus significados, esta ambivalencia permite desarrollar una serie de variadas interpretaciones y propuestas artísticas sobre él. Lo que ahora nos ofrece María Zárraga (Valencia, 1963) es precisamente una serie de interpretaciones sobre el espacio, tanto real o realizable, a través de los materiales, como virtual, a través de la técnica fotográfica.

MARÍA ZÁRRAGA

Fotografía-instalación Galería Salvador Díaz Sánchez Bustillo, 7. Madrid Hasta el 23 de febrero

Unas fotografías de buen tamaño, impresas sobre láminas de vidrio, nos muestran el desarrollo fraccionado y dislocado de una terraza, mientras que otras fotos formando grupos o en cajas de luz, presentan imágenes de diferentes ambientes laborales en los que aparecen personas trabajando, consumiendo su existencia en escenarios determinados por las máquinas, la iluminación y los objetos destinados a la producción.

En el centro de la galería, como si a las imágenes congeladas de las fotografías se les quisiera oponer la realidad tridimensional y viva, se reproduce con materiales reales el tópico espacio laboral de un despacho, compuesto por dos paredes panelables, un techo con sus lámparas y un suelo de moqueta, ocupado por mesas y sillas. Este espacio de la experiencia invita al espectador, que puede entrar en él, a sentarse en las sillas, apoyarse en la mesa y contemplar la pantalla de un televisor. Se le permite, en fin, existir en la obra o, tal vez, representar que existe, que trabaja, que forma parte de esa serena actividad que muestra el conjunto de las instantáneas fotográficas.

Toda obra de arte es pura ficción. El trabajo y la existencia no son eso, el espacio laboral no es en colores, como muestran las fotografías, es, más bien, un espacio de tortura, agobiante, ruidoso, angustioso y, si llega al caso, cruel. Las obras de arte de María Zárraga, con su aura de luminosa fluorescencia, se apartan premeditadamente de la realidad, se distancian del existir humano para reivindicar su propia existencia como signos, como sombras fraccionadas y dislocadas de la verdad. Por eso Platón expulsó a los artistas de su República ideal.

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