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Columna
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Turismo en Alcoy

Se ha presentado en Alcoy, estos días pasados, una campaña para fomentar el turismo en la ciudad ¿Llegará Alcoy a convertirse algún día en una ciudad turística? La empresa parece difícil. Y ello, pese a los esfuerzos que realiza Amparo Ferrando, la dinámica concejal de Turismo de la población. Desde que accediera al cargo, Ferrando no ha dejado de alumbrar ideas para que se conozcan los atractivos de su ciudad. Un día, anuncia la rehabilitación de la torre Na Valora; otro, anticipa la creación de unas rutas para mostrar al visitante el rico patrimonio industrial de la ciudad; ahora, presenta unos carteles. Todo es actividad en esta mujer.

Meses atrás, Ferrando organizó un concurso de pintura al aire libre, en las calles del casco antiguo de Alcoy. En la mañana de domingo, bajo un amable sol otoñal, el concurso tuvo un indudable éxito. La visión de unas decenas de artistas frente a sus caballetes, desperdigados por las calles de la ciudad, dibujando sus rincones, resultó muy agradable para los alcoyanos. Los diarios se hicieron eco de la noticia y alguno de ellos, en un evidente tono lírico, comparó estas calles del centro de Alcoy con el barrio parisino de Montmatre.

Más recientemente, Ferrando presentó unos vistosos carteles donde se cuenta, a través de dibujos, la historia de la Cabalgata de los Reyes Magos, que es una de las grandes fiestas alcoyanas. Presumen los alcoyanos de tener la cabalgata más antigua de España y, año tras año, organizan el desfile con una auténtica devoción. ¿No es natural que pretendan difundirla por toda España? Ferrando ha asegurado que este cartel llegará a las oficinas de las diputaciones provinciales, que lo distribuirá la Agencia Valenciana de Turismo y lo conocerán los colegios de la ciudad.

Uno ve con simpatía, con una gran simpatía, las actuaciones de la concejal Ferrando. Hay en todas ellas unas dosis enormes de buena voluntad, un deseo manifiesto de 'hacer cosas', de propagar el nombre de la ciudad. Sin duda, los alcoyanos, que tanto valoran todo lo suyo, se sentirán muy satisfechos por la difusión de estos carteles que pregonan la Cabalgata de Reyes o por los simpáticos concursos de pintura. Ahora bien, que estas acciones contribuyan a incrementar el turismo de la ciudad, parece más improbable.

Alcoy es una ciudad que no carece de atractivos. Sin embargo, no son estos de la clase más apreciada por los turistas. El tipo de visitante que suele acudir a nuestra provincia busca, por lo general, sensaciones más elementales. En todo caso, diríamos que Alcoy es una ciudad para viajeros. El matiz es importante. Aunque posee algún ejemplo estimable de arquitectura, lo que nos seduce de la ciudad es su urbanismo y, sobre todo, su rico patrimonio industrial. Un recorrido por ciertas zonas de Alcoy, si se hace en compañía de quien conozca la historia de la población, permite hacerse una idea bastante aproximada de lo que supuso la industrialización en nuestro país. Pocas poblaciones pueden ofrecer un conjunto tan extraordinario como el Molinar. Su restauración lo convertiría en uno de los grandes atractivos de la ciudad. Por eso parece tan importante su recuperación. Aquí sí que tiene por delante un trabajo serio la concejal Ferrando. Veremos de qué es capaz.

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