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Seis fotógrafos alaveses se adentran en las visiones de la cotidianeidad

La sala Amárica presenta hasta marzo la muestra 'Periféricos'

Son seis fotógrafos que trascienden las referencias alavesas, igual que sobrepasan con su creación el ámbito de la fotografía clásica. Pilar Albajar, Txaro Arrazola, Javier Berasaluce, Iñaki Larrimbe, Joxean Olazagoitia y Gert Voor in't Holt son los responsables de Periféricos, la muestra que presenta la sala Amárica de Vitoria hasta el próximo 3 de marzo. La exposición se adentra en los distintos usos actuales de la fotografía, 'el instrumento artístico más mentiroso que existe', según Berasaluce.

Berasaluce presenta la aportación más presuntamente clásica de todo el recorrido. Sus imágenes de la serie Según se mire recrean espacios cotidianos en los que el juego con las distancias y los lugares es imprescindible.

La cotidianeidad es quizá uno de los rasgos comunes de estos fotógrafos, cada uno desde su punto de vista. Si Berasaluce juega con los engaños del espacio, Txaro Arrazola critica la farsa del sistema capitalista. Su trabajo en esta ocasión aparece como una pequeña instalación dominada por la vida en El Ejido para reflexionar sobre los deshechos del progreso.

Pilar Albajar atiende a los miedos y las obsesiones de todos los días, desde una mirada divertida, irónica, hasta dramática, en distintos formatos que ha realizado en colaboración con Antonio Altarriba. Son montajes que beben del surrealismo cinematográfico y literario, antes que del pictórico.

Gert Voor in't Holt también es un fotógrafo de estudio, donde crea sus composiciones a partir de la manipulación digital y de la luz. Es quizás quien más investiga en nuevas realidades con sus geografías imaginarias. En palabras del comisario de la muestra, Josu Bilbao Fullaondo, estos nuevos paisajes configuran 'un mundo de ilusiones y fantasías para cuestionar la forma que tenemos de percibir la realidad'.

Iñaki Larrimbe se centra en el papel del yo en el mundo contemporáneo con dos obras: la serie Plasticman, que aporta una mirada irónica sobre el propio artista y su lugar en el mercado de las artes. Este aspecto tiene su crítica en el vídeo que ha realizado expresamente para la exposición, en el que uno de sus personajes patea repetidas veces el emblema de la sala Amárica.

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Joxean Olazagoitia aporta la obra más radical, con una continuación de su trabajo La piel-In memoriam, que viene realizando desde 1993. Los recuerdos a flor de piel se llevan a la fotografía para radiografiar sentimientos y pasiones diarias, sin tapujos, ni veladuras. 'Con técnica impecable, su discurso es una explosión de sentimientos con vertiginosas raíces de pasión', comenta en el catálogo Josu Bilbao.

Todos ellos ofrecen un recorrido ejemplar por el mundo de la fotografía en Álava, reflejo de las preocupaciones creadoras que también inquietan en Europa o Estados Unidos, tal y como recordó Bilbao.

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