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El diseñador Armand Basi recrea 'Macondo' en París

En el imponente salón de la primera planta del Museo de Artes Decorativas de París, Armand Basi presentó una de sus más coherentes colecciones, ideada por su director creativo, Lluís Juste de Nin, inspirada libremente en la Macondo del realismo mágico.

Sobre un decorado racionalista con algún que otro detalle daliniano, un cast que ha dejado boquiabiertos a los críticos parisinos por su altísima calidad, mostró unas ropas de impecable hechura, irreprochable realidad y a la vez los toques poéticos que caracterizan a este estilista: cierta ambigüedad en las combinaciones, colores sombríos en su lirismo y detalles que expresamente llevan a pensar en lo criollo y en lo latinoamericano, pero sin tópicos.

Marrones, panas con mucho cuerpo, gruesas bufandas artesanas, calzado tecnológico y negros lavados sobre negros de humo dieron el profundo acento viril que caracteriza a esta colección. No faltó el azul noche y las camisas tocando sobriamente la silueta de los modelos, entre los que destacaban los italianos Samuele Riva y Luciano, la revelación actual, Theo, y, cómo no, el madrileño Iván Sánchez.

Sobre patrones experimentados de americanas, pantalones rectos, chaquetas deportivas, la colección busca una cierta sensualidad que llega con los estampados zoomórficos de las camisas y que en el desfile encontró su magia con la voz lejana de Ima Sumac.

Juste de Nin ha combinado con acierto el cuero envejecido con la pana, a la vez que no rehúye un estilismo donde aparezca para el hombre la joya en la solapa, el encaje en la corbata o incluso el elemento tradicional de los refuerzos y coderas en las cazadoras.

Por otra parte, tras el desconcierto que sembró ayer en París la suspensión de la colección de hombre Yves Saint Laurent, Lacoste presentó en la pista de tierra batida de un enorme hangar el que ha sido el segundo desfile de su historia, donde su nueva cabeza creativa, Christophe Lemaire, se mostró quizá más comedido y coherente que en el verano pasado con sus propuestas para el próximo invierno, pero a la vez con mucha conciencia de los factores tradicionales de esta marca, si tenemos en cuenta que el primer polo inventado por Monsieur Lacoste data de 1929. Lacoste entra de lleno en un acelerado proceso de desarrollo creativo con la seguridad que le aporta un volumen de facturación cercano a los 72 millones de euros.

Oleadas de periodistas, compradores y estilistas japoneses se mostraron entusiasmados con la falda pantalón, el chándal térmico y el uso desestructurado de los tejidos polares en una gama de grises, negros, blancos y olivas militares usados con cierto atrevimiento.

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